El señor Ken Follet se ha ganado todos mis respetos

Intentamos coger el mejor sitio posible para ver la actuación —y tener un acceso estratégico a los canapés—. Una actuación por la que todo el mundo siente una gran curiosidad. Algunos medios reseñan la asistencia de un gran número de nombres conocidos. Yo no los vi aunque lo cierto es que tampoco presté demasiada atención. Gómez Jurado me presenta a Manel Loureiro, autor de Apocalipsis Z, y tengo ocasión de saludar a la encantadora Lola Beccaria y al siempre cordial Fernando Marías. A las once de la noche da comienzo la actuación de la banda. La expectación crece. Todos nos preguntamos si realmente será una actuación musical aceptable o simplemente el resultado de una boutade caprichosa de uno de los escritores más vendidos del mundo.

Y lo cierto es que fue una actuación muy digna.
Obviamente, no son músicos profesionales con años de carretera a sus espaldas, pero debo decir que dejaron el pabellón bastante alto. Temas clásicos de rock de los sesenta y los setenta. Sonido americano alternado con el Start me up de los Rolling y lo que para mí, guitarrista aficionado, fue la gran sorpresa de la noche: una honesta versión del Are you gonna my way de Lenny Kravitz. Actuación sobria, moderada, pero cumplida con creces. La guitarra solista, a cargo de Emmanuel, el hijo de Follet, bastante lograda. No es Clapton, pero se deja escuchar con agrado. El público, bastante entregado, coreando las canciones y con ganas de pasarlo bien. A las doce de la noche termina la actuación con la interpretación del popular Mustang Sally a modo de bis. Un par de cervezas más y para casita.
El señor Ken Follet se ha ganado todos mis respetos. Y no sólo como escritor.