Mentiras completas y verdades a medias



domingo, 28 de febrero de 2010

Durruti, el héroe del pueblo

El próximo día 5 de marzo se presenta en Madrid un magnífico libro titulado Durruti, el héroe del pueblo en el que el dibujante e ilustrador El Seta, bajo el auspicio de la fundación Anselmo Lorenzo, desgrana con acierto y precisión en un estupendo álbum ilustrado distintos aspectos (citas, fotos, textos, carteles) relativos a la vida y el ideario del líder anarquista y libertario. Obvio decir que su lectura es más que recomendable y la asistencia al acto de presentación también. El evento tendrá lugar en la librería Malatesta (C/ Jesús y María, 24 – Madrid).

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martes, 23 de febrero de 2010

Nace un nuevo proyecto cultural

Ayer, al fin, tras algunas pequeñas dificultades de carácter técnico, vio la luz CULTURAMAS, un proyecto largamente esperado que nace con la pretensión —loable y plausible— de convertirse en guía y punto de referencia de toda manifestación cultural relacionada con el ocio, la literatura y el cine, principalmente. El proyecto ha sido puesto en marcha gracias al entusiasmo y al buen hacer de un amplio y solvente grupo de profesionales entre los que se cuentan gente como Javier Vázquez Losada, Lorenzo Rodríguez Garrido, Rubén Sánchez Trigos, David G. Panadero, Recaredo Veredas o Sergi Bellver.

Desde aquí, mi más sincera enhorabuena y mis mejores deseos para este proyecto que despega con muy prometedoras perspectivas y bajo estupendos augurios. Una web a tener en cuenta a partir de hoy.

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lunes, 22 de febrero de 2010

Pecata minuta

Se llama Laura Seara y en la actualidad ocupa el puesto de directora del Instituto de la Mujer. Pero antes de tal circunstancia desempeñaba el cargo de diputada regional del Parlamento Gallego y desde ese puesto, durante el desempeño de sus funciones, pasaba al cobro las dietas por kilometraje que cubrían el coste de desplazamiento desde su domicilio en Orense hasta la sede del parlamento «levantándose» por ese concepto una cantidad en torno a los 30.000 euros anuales (muy por encima de la remuneración media de cualquier trabajador de este país. Ojo. Solo en concepto de dietas complementarias, sueldo aparte). El hecho de que la susodicha careciese de carnet de conducir y vehículo propio es pecata minuta. A lo largo de nuestra vida laboral muchos hemos cobrado por un concepto legítimamente estipulado, hayamos hecho uso de él o no. Y el que diga lo contrario, miente. ¿Quién, en su trabajo, no se ha desplazado hasta un cliente durante toda la jornada laboral, la empresa le ha abonado el importe de la comida y luego, por circunstancias del momento o porque la ocasión así lo ha requerido, se ha comido tan sólo un bocadillo —o no ha comido—? ¿Quién no ha reclamado legítimamente el kilometraje por verse obligado a desplazarse a otra ciudad por motivos de trabajo y luego ese día ha decidido dejar su coche en la puerta de casa y realizar el trayecto en tren o en transporte público abonando el billete de su bolsillo? Lo dicho: poco que objetar. Pecata minuta.

Lo que auténticamente raya la desvergüenza más abyecta es que, durante el tiempo que estuvo pasando al cobro esas dietas, la señora Seara tenía a su disposición un vehículo oficial con chofer con cargo a la Xunta de Galicia que la llevaba y la traía a su domicilio. Y a pesar de esa circunstancia, la antigua diputada reclamaba religiosamente los importes por kilometraje con el fin de resarcir el aparente gasto que le suponía dicho desplazamiento. Cobraba dos veces —por pasiva y por activa— por el mismo concepto y no una cifra nimia, marginal o despreciable: un sobresueldo extraordinario que excedía con creces los magros emolumentos netos de muchos trabajadores de este país. Sueldo del cargo aparte. Pero tampoco hay porqué preocuparse demasiado por ello. Ya sabemos lo que ocurre con estas cosas. El dinero público, que «no es de nadie»…

Pero la pérfida prensa de este país ha decidido sacar a la luz la peculiar circunstancia y ya me imagino a los voceros —y voceras— habituales cerrando filas. «Discriminación por ser mujer», «miedo del macho que ve amenazado su estatus y territorio», «sociedad llena de tabúes y prejuicios»… En su momento ya intentaron la misma jugada con nuestra Maleni «antes partía que doblá» de España con el fin de tratar de ocultar y diluir su indigencia profesional: echarle la culpa al recalcitrante contubernio machista. Pero esto no es machismo, no se confundan. Ya decía hace años el gran periodista Santiago Amón que, «en España no cabe un tonto más. Si entra otro, nos caemos al agua». Yo me atrevería a añadir que «ni un sinvergüenza tampoco. Del sexo que sea. Hace tiempo que debimos colgar el cartel de “completo”».

Madre de Dios. Qué país. Y qué paisanaje.

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sábado, 20 de febrero de 2010

Una higa

Se ha puesto de moda. Ese peculiar gesto que los americanos, con un perifrástico eufemismo tan propio de ellos, llaman Johnny Cash finger y que aquí, de toda la vida de Dios, se ha llamado que te den. El último en ponerlo en práctica en público ha sido José María Aznar durante un altercado tras su asistencia a una conferencia en la facultad de Económicas de Oviedo. Indiscutiblemente, es una forma bastante zafia de expresar disconformidad y dicho gesto, en manos de un expresidente, merece nuestra más profunda reprobación. Sin paliativos. Sin duda alguna. Una persona que maneja y sostiene un determinado estatus social alcanzado a través de un puesto al que en su día lo auparon todos los españoles —incluidos aquellos que lo increpan, lo votasen directamente o no—, una persona que asiste a ese tipo de actos en calidad de antiguo gestor de los derroteros de este país no puede ni debe permitirse determinado tipo de burdos desplantes. Nobleza obliga. Y la ausencia de ella provoca este tipo de situaciones. Si el gesto hubiese provenido de una zopenca de las que aparecen en Gran Hermano o en Sálvame no hubiese supuesto mayor demérito que el que se espera de una persona que se mueve en ese tipo de ámbitos. Qué puedes esperar del burro sino coces. Pero viniendo de quien viene, merece nuestra más enérgica reprobación. Mal. Muy mal por José María Aznar.

Como figura pública.

Como persona, estoy más que convencido que, ante la provocación a la que fue sometido, cualquier otro —por ejemplo, yo—, en sus circunstancias, no sólo hubiese respondido como él sino que, tras añadir un clamoroso corte de mangas, me hubiese ido para el ofensor al tiempo que le miento a la madre.

Pero yo no tengo una imagen que mantener. Y si la tuviese, ésta se echó a perder hace ya demasiado tiempo. Y, en cualquier caso, de tenerla, dicha imagen sería plenamente compatible con cagarme en los muertos de quien se atreviese a asistir a un acto del que yo fuese partícipe con el único y exclusivo ánimo de sabotearlo y llamarme «hijoputa», «fascista» y «asesino» en público y en mi cara.

A Dios lo que es de Dios y al César… las suyas y las de un bombero.

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viernes, 19 de febrero de 2010

Technologii przynosi nam

Ayer tuve el inmenso placer de conversar con los alumnos de 3º H de sección bilingüe del liceo Juliusz Slowacki ubicado en Wroclaw (Polonia). Los chavales acababan de estudiar los aspectos relativos al periodo de la guerra civil española y al bueno de Sergio, su profesor de español, le pareció una excelente idea el invitarme a mantener una charla con ellos en calidad de autor de la novela El hombre que mató a Durruti con el fin de expresarles mi opinión sobre la figura del líder anarquista y las peculiares circunstancias que rodearon su muerte. «¿¿En Polonia??», fue lo primero que pensé cuando recibí un correo electrónico con su propuesta. El asunto quedó aclarado de inmediato. La propuesta consistía en mantener una videoconferencia. Lo cierto era que nunca había participado en ninguna y he de reconocer que la experiencia ha resultado muy muy grata, En muchos aspectos. El primero, por la posibilidad de llegar a lugares a los que de otra manera resultaría impensable o muy costoso acceder. El segundo, por lo fascinante de la inmediatez del medio. Y el tercero, el más importante quizá, por conocer de primera mano el sentir, la perspectiva y la opinión que alberga gente que habita en lugares remotos acerca de cuestiones y asuntos que te resultan muy próximos, tanto por cercanía geográfica como por interés personal. Y a todo ello hay que unir la cálida acogida y el interés mostrado por los mencionados alumnos.

La experiencia ha resultado de lo más amena y gratificante.

La tecnología nos acerca. Cada día más.

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lunes, 15 de febrero de 2010

Apariencias y aparentes


En el siglo XVII, el pleno Siglo de Oro, los viejos hidalgos de trapillo castellanos lucían palillo en boca y esparcían migas de pan sobre las solapas de sus jubones para hacer creer a los demás que acababan de comer opíparamente cuando la realidad era que no tenían un maravedí y, literalmente, se morían de hambre.

En el siglo XXI, el pleno Siglo de Silicio, los nuevos hidalgos de trapillo —castellanos o no— aparcan sus Mercedes, sus BMW o sus Audi A6 a las puertas del adosado mientras el banco les reclama la última de las letras por la vía de apremio y calzan Rolex chinos de imitación, pero su nevera está más vacía que los planes de economía sostenible de Zapatero.

No hemos cambiado tanto. Cierto. Ambas circunstancias son fruto de una grotesca e incomprensible ambición por aparentar lo que no se tiene, bien sea un anhelo de carácter moral, bien sea material. Pero una resulta ingeniosa. Y barata. La otra es simplemente fruto de una desmedida estupidez. Y para venir a obtener prácticamente el mismo resultado, salen sensiblemente más baratas unas migas de pan.

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domingo, 7 de febrero de 2010

Letras españolas o el peligro de ser literato en este país

Mi amigo, el insigne escritor Miguel Baquero, comenta en su blog una anécdota entrañable y divertida —como todas las suyas— acerca del emblemático edificio de la Puerta del Sol que alberga en su azotea el anuncio de Don Pepe. Buscando entre los recovecos de mi memoria termino por recordar que en los bajos de dicho edificio —que en su época era el Hotel París— se alojaba el Café de la Montaña, lugar asiduo de tertulias literarias en el Madrid de finales del siglo XIX. Y junto a ese recuerdo llega hasta mí la figura de Valle Inclán. Porque, casualmente, he pasado recientemente por el Callejón del Gato, lugar en el que el genial escritor coligió la idea primigenia del esperpento como figura literaria. Y al leer al entrada de Miguel Baquero ha vuelto a mi memoria un peculiar y esperpéntico —por qué no decirlo— episodio, uno de los muchos, que jalonan la historia de las letras españolas.

A comienzos del siglo XX los intelectuales de la época frecuentaban asiduamente las llamadas tertulias de café, única forma de conocerse y entrar en contacto con los círculos culturales en el Madrid de la época. Pero, en contra de lo que se podía pensar, dichas reuniones no eran precisamente un dechado de virtudes, buenas maneras y saber estar. En tales cenáculos corrían que daba gusto las envidias, los contrastes y la diversidad de opinión, de corte político la mayor parte de las veces. La esgrima dialéctica estaba a la orden del día y las enemistades también. Valle Inclán, al igual que la gran mayoría de los intelectuales de la época —Pío Baroja, Unamuno, Azorín, Jacinto Benavente…— frecuentaba de forma asidua dichas reuniones. Una tarde de julio de 1899, en el Café de la Montaña, coinciden entre otros Valle Inclán y el periodista Manuel Bueno. En la mesa en la que ambos se reúnen se charla, entre muchas otras banalidades, de la reciente disputa entre un aristócrata llamado López del Castillo y un artista portugués llamado Leal da Camara. Una disputa que terminó en emplazamiento de duelo con padrinos y toda la parafernalia. En un momento de la conversación, Manuel Bueno aboga porque el asunto quedará en aguas de borrajas ya que el portugués es menor de edad y las leyes de honor le impiden participar en un duelo. Valle Inclán, bastante exaltado por la deriva de la conversación, le espeta al periodista «no sea usted majadero, que no tiene ni idea de eso». El periodista, visiblemente ofendido, se levanta de su asiento y alza su bastón amenazante. El viejo cascarrabias coge una botella y hace ademán de agredir con ella al periodista al grito de «majadero, majadero». Manuel Bueno se defiende como puede y, en el fragor de la pelea, descarga un fuerte bastonazo sobre el brazo de Valle Inclán. A resultas del mismo, el escritor gallego tuvo que ser atendido en la cercana Casa de Socorro de la calle Navas de Tolosa donde se le apreció una herida contusa al lado de la muñeca del brazo izquierdo. La leyenda popular apunta a que, con el bastonazo, se le clavó en la carne un gemelo de la camisa y que dicha circunstancia le provocó una herida que terminó por gangrenarse obligando a amputar el brazo. El parte médico de ese día, emitido por el doctor Manuel Barragán Bonet, desmiente tal hipótesis. Lo cierto es que, una vez personados en la Casa de Socorro, se le atiende, se le venda el brazo y aquí paz y después, gloria. Pero la mala fortuna quiso que la herida conllevase una fractura de cubito y radio que pasó inadvertida para los facultativos que lo atendieron y que hizo que, tras varias noches sumido el atroces dolores, el escritor se personase en la Casa de Salud del Paseo de la Castellana, descubriendo que la inadvertida fractura ha provocado una grave infección interna que amenaza gangrena y que se hace necesario amputar parte del brazo para atajarla.


La imaginería de la época, alimentada en gran medida por la socarronería del propio Valle Inclán, provocó un sin numero de teorías, a cada cual más disparatada, acerca de la pérdida de su brazo. Que si «se lo había comido un león durante una expedición en África», que sí lo había perdido «un día al rascarse dentro de la barba»… Pero lo cierto es que la verdad del asunto fue bastante más prosaica.

Para que luego digan que los escritores son gente sensible y civilizada. Pendencieros. Eso es lo que son. Unos pendencieros.

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viernes, 5 de febrero de 2010

Anika entre libros

Anika entre libros nació como un pequeño chiringuito. No hay ánimo ofensivo, lo juro, en la afirmación. Nació siendo una modesta web en la que su creadora, Anika Lillo, infatigable lectora, volcaba y compartía con todo aquél que quisiese echarles un vistazo las fichas de lectura de las obras que iban cayendo en sus manos. Nadie sospechaba por aquel entonces —creo que ni la propia Anika— que su buen hacer, su excelente criterio y su arrolladora personalidad terminarían por convertir aquella modesta web en uno de los mayores portales literarios de referencia en Internet. Pero, por fortuna para muchos, Anika entre libros termino por convertirse en algo más que eso. Anika entre libros se convirtió también —gracias a la propia Anika y a la legión de excelentes colaboradores de los que ha sabido rodearse— en un lugar de encuentro en el que todo escritor incipiente encontró siempre las puertas abiertas para acudir en busca de ayuda, de comprensión, de afinidad… Anika Lillo siempre ha tenido una palabra amable, un buen gesto para todo el que ha acudido a ella. Poco a poco, Anika ha ido ampliando su web e incluyendo en ella entrevistas, reseñas, menciones… Ha ido dando cobijo y voz a muchos autores que en su momento no disponían —disponíamos— de tales medios. Muchos escritores —españoles principalmente, pero no faltan ejemplos foráneos— tenemos mucho que agradecerle a Anika Lillo. Y todo ello por amor al arte. En el sentido más literal del término. Que yo sepa, Anika Lillo jamás cobró un duro a nadie por ofrecer su tiempo, su afecto y su ayuda; por publicar una reseña o anunciar un lanzamiento literario de una editorial o un autor modesto. Y con ello se ha ganado con creces el respeto, el cariño y el agradecimiento de muchos de aquellos que nos dedicamos a este peculiar oficio de juntar letras.

Por ese motivo, cuando desde la editorial Aladena se me propuso participar en una antología colectiva de relatos cuyos beneficios irían destinados a sufragar parte del coste material —que no humano. Ese no tiene precio— que supone el mantenimiento de la maquinaria y los medios que soportan el portal Anika entre libros, no pude negarme. Y debido a que tanto yo como otros cuantos compañeros de profesión no pudimos decir que no, muy pronto verá la luz un excelente volumen de relatos que, bajo el genérico título de CIELO E INFIERNO, recopilará los textos de un nutrido grupo de autores que le está tan agradecidos como yo a Anika Lillo por su inestimable labor y que, por ello, han querido aportar su granito de arena. El elenco es realmente impresionante: Pilar López Bernués - Empar Fernández - Marta Querol Benech - Rosa Ribas - Iván Martínez Hulin - Santiago Morata - Clara Tahoces - Patrick Ericson - Olalla García - Jerónimo Tristante - M. A. León Asuero - Antonia J. Corrales - Susana Vallejo - Tobias Grumm - Mª Dolores García Pastor- Yanitzia Canetti - Mario Escobar Golderos - Francisco Narla - José Antonio Cotrina - Eloy M. Cebrián - Juan Gómez-Jurado - Irene Rodríguez Aseijas.

Si todo marcha como corresponde, el volumen se pondrá a la venta el próximo mes de abril. Háganse con un ejemplar. No sólo contribuirán al mantenimiento de una ilusión compartida por muchos, sino que, además, disfrutarán del buen hacer de un montón de excelentes autores. Se lo digo yo, que me consta fehacientemente :-)

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miércoles, 3 de febrero de 2010

Mashup!

No, no he estornudado. Se llama así. Mashup o Bastard Pop. El invento consiste en poner en práctica diversos arreglos de producción musical consistentes en tomar la base rítmica de una canción y la línea melódica de otra y mezclarlas con mayor o menor fortuna. La cosa se puso muy de moda en los años 90 durante la explosión del Hip Hop y el Rap surgiendo multitud de temas en los que, sobre las bases de canciones más menos conocidas, los B-Boys soltaban su fraseo. Posteriormente y gracias a la accesibilidad de las nuevas tecnologías, el entretenimiento fue popularizandose, expandiendo hacia otro tipo de géneros musicales y tornándose más complejo con la mezcla de elementos de tres o más canciones.. Existen verdaderos artistas del Mashup que miman hasta el más mínimo detalle del ritmo y el tempo de los temas que mezclan, encajando cada fraseo en los correspondientes compases y logrando como resultado auténticas virguerías. Hoy ha llegado a mis oídos una de ellas y quiero compartirla con vosotros.


Aunque hay otros ejemplos bastante buenos, curiosos y originales.



Buscadlos por YOUTUBE. Pasaréis un rato entretenido.

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