Estadística recreativa
¿Es usted usuario habitual de algún dispositivo electrónico (iPad, iPhone, eReader, etc) que permita la lectura de libros electrónicos y hace usted uso habitual de dicha capacidad?
El 8% (240 individuos) respondió de forma afirmativa. El 86% (2580 individuos) respondió de forma negativa. El 6% (180 individuos) NS/NC.
La encuesta prosigue teniendo sólo en cuenta los 240 individuos que respondieron afirmativamente.
¿Cuantos eBooks ha leído en dicho dispositivo?
El promedio de libros leídos asciende a 66,6 volúmenes/usuario.
De esos libros, ¿cuantos estaban escritos hace menos de setenta años? (NOTA: ponderación muy matizable y bastante imprecisa de textos sujetos a derechos de autor. Sirva el dato como mera aproximación estimativa)
Por promedio, el 90% (60 volúmenes) de los libros leídos cumplían dicha premisa.
De esos libros, ¿cuantos ha comprado en librerías y tiendas online y cuantos ha descargado de forma gratuita en sites de Internet ajenos al contexto editorial?
Aplicando promedios, los porcentajes se reparten entre un 2% (12 volúmenes) comprados a distintas fuentes (Amazon, Barnes & Noble, Apple Store...) y un 98% (48 volúmenes) descargados de forma gratuita en otros sites.
De los libros descargados de forma gratuita, ¿cuantos le gustaron una vez leídos?
El promedio asciende al 60% (6 de cada 10 volúmenes leídos).
De los libros susceptibles de albergar derechos de autor (60 volúmenes) que usted descargó de forma gratuita (48 volúmenes) y que, una vez leídos, fueron de su agrado (28,8 volúmenes), ¿de cuantos de ellos terminó adquiriendo mediante pago la versión digital o la versión física en papel?
El 32% de los encuestados respondió «¿Qué?»; el 21% respondió «¿Cómo?»; el 11% respondió «¿Lo cualo?»; el 10% respondió «Ah, pero ¿hay que comprarlos?»; el 8% respondió «¿Para qué voy a comprarlo, si ya lo he leído?»; el 6% respondió «¿Tú t’as tonto?»; el 5% respondió «Deja de meterte eso que te metes, que es malísimo pa la salud»: el 4% respondió «Juasjuasjuasjuas» y el 2% trató de intimidar al entrevistador con expresiones que oscilaban entre «¿A que te doy un meco?» y «Tú no has venido aquí a hacer una encuesta, ¿verdad?. Tú lo que quieres es que te curta la lomera. Si es que vais provocando, hostia…». Tan sólo el 1% respondió de forma afirmativa. Sospechamos que el susodicho era escritor. Y que compró su propio libro para poder decirle a su editor que, al menos, había vendido un ejemplar.