Nunca
La mirada se desvanece en el fondo de una hoguera tratando de evocar el fulgor de un recuerdo no demasiado lejano. Alzas el vaso y paladeas un breve sorbo mientras el resplandor de las brasas restalla en tus pupilas. Los pensamientos se agolpan, y caracolean, y se pierden en la negrura de una noche a la que dicen mágica y yo llamo cómplice. Y te descubres pensando que, en esos momentos, desearías con toda tu alma encontrarte lejos, muy lejos de allí, tomándo partido y rebelándote contra una realidad que te mantiene cautivo y a la que te ligan demasiadas servidumbres. Una realidad que nunca será posible romper. ¿Nunca?
Nunca... Esbozas una mueca de medio lado como la de un lobo viejo y apuras el vaso de whisky. Hace tiempo que aprendiste que "nunca" no es un plazo de tiempo sino un estado de ánimo. Y que no existe una única manera de hacer bien las cosas. Y que lo que está bien y está mal son convenciones ajenas y que un superviviente siempre descubre la forma de quebrar las convenciones, que no las convicciones, y vivir con ello. Hace tiempo que aprendiste que saber plegarse a las circunstancias también es una forma de ganar. Hace tiempo que aprendiste a sobrevivir y si hay algo cierto es que el instinto nunca se pierde.
Quizá pronto llegue el momento de poder demostrarlo.
Etiquetas: Personal e intransferible


4 comentarios:
Vale, la introducción me ha enganchado. Quedo a la espera.
Cuanta razón tienes en eso último, en que hay muchas, casi infinitas maneras, de hacer las cosas bien, no sólo una
Ey,´tío, gracias por la mención en Culturamas...
Después de mi accidentado verano con el coche, me he quedado a dos velas, pero para tu libro hago el pino para que salgan las monedas de donde sea, jajajajaja. Estoy deseando leerlo y voy a pedirlo ahora mismito. Me alegro muchísimo que ya esté en las librerías y te deseo toda la mierda del mundo, querido Pedro.
Un besote de Rosa, Rose, Daf, Ari, o como te venga en gana.
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