Mentiras completas y verdades a medias



viernes, 8 de mayo de 2009

Mercados persas

Ojiplático, leo en un periódico de tirada nacional: «Subasta de solteras en una discoteca para menores de Granada. La Fiscalía abre una investigación para esclarecer los hechos ». Leo otro: «Una discoteca de menores de Granada 'subastaba' niñas con billetes de Monopoly». Echo a volar la imaginación. Evoco la tarima de un mercado persa plagado por decenas de púberes nínfulas cargadas de grilletes, con el semblante transido por un gesto de horror mientras un eunuco gordo vocifera los precios del género a una turba que jalea, con la voz enronquecida por la lujuria y el alcohol, las bondades del material subastado. Resulta que no. No tienen guasa ni ná mis primos poniendo titulares. La cuestión parece ser que, entre las actividades de ocio propuestas por una discoteca de Granada, existe un juego en el que, de forma completamente voluntaria, un grupo de adolescentes femeninas desfila por la discoteca al tiempo que un grupo de adolescentes masculinos, haciendo uso de unos billetes de monopoly entregados a la entrada del recinto, puja por alcanzar la posibilidad de tomarse una consumición en compañía de una de las desfiladas. Eso es todo. Y a pesar del mal gusto y la chabacanería de la forma en que se publicitó la propuesta no debemos olvidar que a) la participación en la misma era completamente voluntaria y b), no existió ánimo de vejar ni mucho menos estupro ni explotación sexual ni nada que fuese más allá de concertar una cita en público entre dos jóvenes adolescentes que, insisto, participaban voluntariamente en un juego. Un divertimento que no dejaba de ser una versión muy light de los concursos Miss camiseta mojada, permitidos y ardorosamente jaleados todos los veranos en decenas de pueblos costeros y en los que personas de ambos sexos se someten a situaciones bastante más vergonzosas que las que puedan darse en una fiesta adolescente en la que, matizo, está prohibido el consumo del alcohol.

Muchas de las mujeres que han puesto el grito en el cielo con este asunto ven con normalidad y agrado el que, en un local de ocio, se les permita la entrada gratuita mientras su acompañante masculino debe abonar la entrada. Y continúan acudiendo a esos locales y siendo partícipes voluntarias de esa dinámica sin ningún arrobo o gesto de pudor. Ciertamente considero muy reprochable el que este tipo de actitudes se fomenten, por lo que tienen de estúpidas más que de perturbadoras, pero a estos lodos llegamos cuando se confunde sensibilidad con susceptibilidad y dignidad con gazmoñería. Aunque el lance propuesto por la discoteca granadina parezca chusco —que lo es—, no debe concedérsele mayor importancia que la que de verdad tiene. Todos hemos sido adolescentes y deberíamos saber de que va la vaina. Ellas, practicando un acto de coquetería que a esa edad no tiene otra finalidad que el de sentirse admiradas y ellos... ¿Qué decir de ellos? En plena edad de presumir y aparentar. Alzar la voz, clamar al cielo y apelar a la fiscalía de menores —con la de cosas más serias (y más graves) que tendrán que resolver esos señores— para investigar un asunto en el que aparentemente no existe delito, tan sólo estupidez, me parece una forma estúpida de marear la perdiz. Un mareo tras el que se encuentra, en primera fila, cómo no, el ministerio de Igualdad y la persona que lo dirige. A la que, por cierto, no recuerdo haberle oído pronunciarse con similar contundencia contra engendros televisivos pretéritos o presentes del tipo Granjero busca esposa o Elígeme en los que sí se hace gala de forma clara e inequívoca de actitudes denigrantes y vejatorias para la mujer, para cualquier ser humano dotado de una mínima inteligencia y sensibilidad e, incluso, supongo, para ella misma.

PS.- El pasado mes de noviembre, en la misma discoteca, se llevó a cabo idéntico juego invirtiendo los roles. Los que desfilaban eran ellos y las pujadoras, ellas. No recuerdo haber leído que nadie se sintiese vejado o denigrado. O, al menos, nadie se quejó por ello.

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5 comentarios:

Anonymous Andima ha dicho...

Joder, Pedro, imposible explicarlo mejor. Pero bueno, qué se puede esperar del ministerio ese y de la miembra que lo dirige, sin olvidar al resto de la gentuza que se apunta al carro de la demagogia.

Un abrazo.

8 de mayo de 2009, 13:58  
Blogger g.l.r. ha dicho...

Es que muchos se la agarran con papel de fumar. Al final, si no se pone coto a tanta idiocia, lo políticamente correcto nos va a salir por las orejas.
¿No nos acordamos de Miss camiseta mojada, de la fiesta de la espuma, o de muestras, por el estilo, en el que los chicos coqueteábamos con las chicas -y viceversa- sin pensar en nada más que en pasarlo bien? ¿Acaso las chicas que subieron al escenario lo hicieron en contra de su voluntad?¿O no se trata de respeto a las libertades?
En fin...
Un abrazo.

8 de mayo de 2009, 20:08  
Blogger Miguel Baquero ha dicho...

Muy buenas las observaciones. Hombre, yo creo que la cosa, todo lo más, era hortera, pero de ahí a hacer un paradigma del machismo... Había detrás un juego y un cachondeíto yo creo que inocente. Peor me pareció a mí el bar aquel, que salió en su día en las noticias, donde se hacía "lanzamiento de enanos" (tal como suena).

9 de mayo de 2009, 21:38  
Anonymous Trancos ha dicho...

Pues, por lo visto, según dicen las feminazis (políticas y políticos, periodistas y periodistos, miembros y miembras...) lo más malo malísimo del todo no es sólo que se subasten niñas con billetes de monopoly en una discoteca "lais" para que niños y niñas ligoteen. Lo más malo malísimo de lo peor es que a algunos (como tú y como yo y los colegas de más arriba y las propias niñas y niños que estaban en la discoteca) el tema nos parezca una tontería, mear fuera del tiesto, cogérsela con papel de fumar, esfuerzos dignos de mejor causa: ¡ni siquiera somos conscientes de la gravedad del asunto y de nuestra postura!. Estamos enfermos, somos unos degenerados por lo visto. No nos damos cuenta de que se empieza jugando a una versión pícara del monopoly y se termina montando una red de putiferios en todas las áreas de servicio del país. No deben tener ni idea de a qué juegan los adolescentes y las adolescentas cuando nadie les ve. Bueno, la ministra de kurtura quizás sí, que ha hecho una penícula al respecto sobre el tema: cuando deje de ser ministra y haga la continuación, veremos que los chiquitos y chiquitas de "mentiras y gordas" en realidad iniciaron el camino a la perdición jugando al monopoli sesuar avemuá en las discotecas lais.

Salud y saludos

11 de mayo de 2009, 10:38  
Blogger g.l.r. ha dicho...

Bueno, Trancos, a Dios gracias tenemos a los ministros de Cultura, Sanidad, Igualdad y demás zarandajas, que velan por nosotros y nos apartan de la ignorancia, las perversiones y la vacuidad mental en la que estamos sumidos. ¿Qué sería de nosotros, almas perdidas, sin ellos? Pues nada, andaríamos refocilándonos como bestias, volcados en nuestras ansias más salvajes y ocultas, ahítos de perversiones malsanas. Joder, ¡qué desgracia!
Lo dicho, menos mal que ellos nos guían.
Un abrazo.

12 de mayo de 2009, 23:32  

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