Generación Torrezno: MANIFIESTO FUNDACIONAL
El lado crujiente de la literatura
En estos días inciertos en los que el simple hecho de vivir ya es un arte, el mundo de las letras no permanece ajeno a las convulsiones sociales. Atravesamos momentos críticos en los que, hasta para lo que se considera literatura, el asunto se ha convertido en un difuso remedo de lo que fueron sus auténticos fundamentos. Nada es lo que parece. Todo parece lo que no es. Los adalides del honroso oficio de narrar, en connivencia con el ámbito editorial, han terminado por claudicar en sus premisas y convertirse en meras factorías más preocupadas por prefabricar tendencias y esencias que por cultivar el noble arte de contar historias. Se artifician modas, modismos y maneras. Se crean, se difunden y se publicitan fatuos movimientos culturales, huecos de contenido en su mayor parte. Iniciativas que son bendecidas por popes y factotums con el fin de dotar de una pátina de respetabilidad a lo que, en su mayor parte, no son más que souflés insulsos y artificialmente edulcorados; meros productos que, pomposa y adecuadamente gestionados bajo los benditos cánones del marketing, permiten al consumidor combatir cualquier conato de banalización que pudiese asaltar su intelecto cuando reflexiona, aunque sea un mínimo, sobre aquello que deglute. «Que guay que soy, que sigo/pertenezco/confluyo/alimento a la Generación X». O Y. O Z. La nomenclatura es lo de menos. Y su consustancialización, también. Lo que se persigue es estar en la pomada. En esa misma pomada que integra y aglutina a la casta de los elegidos. Y se perpetran verdaderas barbaridades con el fin de conseguirlo. O, al menos, de intentarlo.
Pues bien. Nosotros no hemos querido ser menos. Si de dar pátina se trata, nosotros somos sin duda de los más predispuestos. Pa chulos, nosotros. Al fin y al cabo se trata de algo tan arcano y eficaz como combatir al enemigo con sus propias armas. Fight fire with fire. Y por ese motivo, sirva este manifiesto como punto de ignición de nuestro propio movimiento: la Generación Torrezno. En evidente contraposición a otros movimientos aupados desde las más altas cotas de la «modernidad», los abajo firmantes abogan por el ansiado retorno a la literatura con peso y enjundia. Literatura pata negra. Un retorno a valores literarios sólidos y consolidados, lejos de experimentaciones psicalípticas, en los que la base de toda narración que se precie consista en el desarrollo de una buena historia que contar y una forma honesta y solvente de hacerlo. No queremos contemplar más «transgresoras incursiones metaliterarias cuyos cimientos se consolidan a base de soliloquios metafísicos en los que el autor recrea y reconstruye los matices del alma humana ahondando en la profundidad de su propio yo interior» Abogamos por la existencia de tramas sólidas. De presentación, nudo y desenlace. De textos crujientes, de paladar rotundo, con esencia, con aroma, polisaturados de ácidos grasos literarios. Textos capaces de dejar un sabor de boca pleno y satisfactorio, apartado de cualquier meliflua mixtura azucarada. Textos Torrezno. Un enfoque alejado de Tulicrems rancios y demás merendillas insustanciales. Se trata de ofrecer alimento contundente para el cuerpo y la mente. Parafraseando una de las populares letras del famoso conjunto musicovocal Toreros Muertos, «tú quieres una historia, nosotros tenemos una historia».
Desde aquí y ahora, los miembros fundacionales de la Generación Torrezno (los escritores Jerónimo Tristante, Carlos Salem, Juan Ramón Biedma y Pedro de Paz) propugnan y apuestan por un golpe de timón en el curso de la literatura actual e invitan a otros a comulgar con sus postulados. Autores del calibre y el calado de Jorge Díaz, Antonia J. Corrales, Empar Fernández, Víctor Fernández Correas y José Luis Benítez; periodistas de renombre como Yanet Acosta... Todos ellos han mostrado ya sus simpatías hacia el apostolado de esta nueva doctrina que transformará el devenir de la Literatura.
No lo duden. El retrofuturo ya está aquí.
Generación Torrezno: the next generation
[Los ideólogos en pleno. Nótese el profundo calado intelectual que destila su estampa]
Etiquetas: Amigos, Literatura, Risas
7 comentarios:
¡Que vivan la Generación Torrezno y sus cuatro apóstoles fundadores!
¡Que su voz se expanda y lleve el viento hasta los confines de la tierra, y que su palabra, de LEY, sea admirada por todos los que admiran su valentía, escritura y honor!
¡Que sus letras fluyan firmes en pos de una realidad, que es la que es, sin edulcorantes ni artificios!
¡Que viva, coño!
Me sumo, Pedro. Estoy harto de comprar una novela y tener que dejar de leerla porque es pésima, a pesar de haber vendido miles de ejemplares y ser puesta por las nubes por la crítica. Lo último que me ha pasado es comprar un libro de relatos, recomendado por las escuelas de escritura. Su autor, es considerado el Ayatollah de los cuentos. Éste si lo terminé para saber qué es lo que yo no debo hacer. El nota se hacía unas pajas mentales del carajo y los relatos no eran tales, sino que eran soliloquios y autorreflexiones. Pésimo. Me callo el nombre del autor por no ofender a nadie.
Yo también quiero novelas con planteamiento nudo y desenlace, sean del género que sean. Y que pasen cosas. Y que las editoriales publiquen éstas y no aquellas otras de autores que, aun encumbrados, son una mierda (con perdón) pinchada en un palo.
Un abrazo.
Di el nombre, Paco. No tires la piedra y escondas la mano.
Animo, torreznos, el futuro es vuestro!
Estoy con vosotros, Torreznos, pero cuidado que también pegados al trinomino planteamiento, nudo, desenlace he pillao cada plasto bodrio que pa qué. Es que escribir es jodidamente difícil y es que hoy día de proliferaciones digitales literarias, como decía un compi mio en Interviú, que tenía más mala leche que el Ogro del cuento: Aquí lo que hay es mucho escritor, pero poca literatura. :)
Pedro Avilés
En la foto, los Cuatro Jinetes, sólo que les han robado los caballos. A ninguno de esos cuatro le compraría un auto usado ni les presentaría a mi novia si la tuviera. A lo único que atino es a leer sus engendros literarios, a medida que caen en mis manos. Así me vacuno contra tanta bazofia disfrazada de literatura que publican otros y de los que habla todo el tiempo la prensa canalla. La única manera en que esos cuatro pecadores podrían salvar sus condenadas almas es seguir escribiendo con el talento con que lo hacen. Y hablo de talento, porque de arrepentimiento, nada.
Yo también siento simpatía por la generación Torrezno. Sigan adelante, les sigo. Saludos.
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