Sigue siendo el rey

  

Hace años, Carlos Salem y yo coincidimos sin que ninguno de los dos fuésemos, probablemente, conscientes de tal circunstancia. Ambos recalamos en una antología colectiva de relatos promovida por una editorial de infausta fortuna y peor recuerdo. Por aquel entonces no nos habíamos visto nunca en persona ni habíamos tenido ocasión de encontrarnos en ninguno de los muchos mentideros literarios que emergen por los rincones de Madrid. Pero recuerdo que la lectura de su relato me resultó muy sugerente. Su texto tenía duende, un sabor especial emanado de la evocadora forma de narrar de su autor, una particular combinación de surrealismo, hilaridad y delirio mezclados en justa proporción, una deliciosa combinación marca de la casa con la que Carlos ha tenido a gala deleitarnos en sus novelas Camino de ida y Matar y guardar la ropa. Con el tiempo surgió la oportunidad de conocernos y no pude por menos que concluir que Carlos Salem resultaba ser un tipo tan interesante y peculiar como los textos que escribía. O más.

Por estas fechas, Salem publica una nueva novela, excelente sin duda, cuyo sugerente título, Pero sigo siendo el rey, rememora sabores de ranchera y melodrama aunque su argumento poco tenga que ver con ambas cosas. Se presenta al público el próximo 19 de mayo, en la Casa de América de Madrid, a las 20:00 y Carlos me ha hecho el honor de invitarme a participar como uno de los presentadores del evento. Así que allí nos veremos. Si os apetece. Yo lo único que puedo deciros es que la ocasión lo merece. Y la novela también.