BCNegra 2009. La crónica. (y III)
Sábado. En el cielo surcan retazos de sol entre unas pocas nubes, anticipando un grato acompañamiento climatológico al día que se avecina. Sin embargo, al salir a la calle, la imagen observada desde la ventana de la habitación del hotel se convierte en un trampantojo, una ilusión óptica. Hace frío. Bastante frío. Un frío de cojones. Pero, al menos, el tiempo no amenaza lluvia. Me encamino hacia la biblioteca La Fraternitat para asistir a la presentación de La lista negra: nuevos culpables del policial español, imprescindible antología en la que participa la nueva hornada de autores del género negro en España. El acto es gratamente multitudinario, tanto por la presencia de asistentes como por la abarrotada mesa de ponentes (Oscar Urra, Pablo Bonell, Empar Fernández, Laura Malasaña, Luis Gutierrez, Joaquin Guerrero, Ricardo Bosque, Alex Martín Escribá, Javier Sánchez Zapatero y Carles Quílez). Una incómoda afección de garganta —creo que he renovado el constipado que ya llevaba para allá—, me impide unirme al ya nutrido grupo y me quedo entre el público. La presentación, estupenda. Durante hora y media se desgranan las nuevas tendencias de la novela negra y sus diferencias con los autores precedentes en cuanto a temática, personajes y enfoque.
Terminado el evento, nos vamos todos a Negra y Criminal para participar en el acto de clausura y contemplar la misteriosa y simpática exposición La primera hostia, llevada a cabo a partir de una genial iniciativa de la librera Montse Clavé, y consistente en una muestra fotográfica de casi una treintena de autores recibiendo, en efecto, "su primera hostia", es decir, vestidos de traje de comunión. La exposición continuará vigente durante todo el mes de febrero. Aconsejo darse una vuelta por la librería y echarse unas risas. Al llegar a Negra y criminal la estampa resulta imponente. Unas doscientas personas reunidas en la calle en torno a la puerta de entrada de un local que escasamente rondará los 40 metros cuadrados. La calle estaba literalmente ocupada por autores, lectores y aficionados negrocriminales, campando por doquier en un totum revolutum maravillosamente caótico. Allí coincidí con amigos y lectores como algunos de los foreros de Abretelibro —gracias Eki, Irene Adler y compañía por asistir—, Ricard, Jaume o Elisabet —fue un placer emborronaros vuestros ejemplares de El documento Saldaña. Espero que lo disfrutéis—. También tuve ocasión de trabar contacto a algunos de los autores que me quedaba por conocer y volver a saludar y despedirme de muchos de los amigos que me habían acompañado a lo largo de esos días: Carlos Salem, Andreu Martín, Eduard Pascual, González Ledesma, Fernando Gómez, Rosa Ribas, José Andrés Espelt, Eugenia Rico... Pido perdón a todos aquellos cuyo nombre se me ha pasado por alto. Por desgracia, el caos reinante me impidió intimar con mayor calma con muchos de los asistentes. Es lo que tienen este tipo de actos multitudinarios.
Clausurado oficialmente el encuentro BCNegra 2009, los allí reunidos comenzamos a dispersarnos en busca de algún sitio donde comer algo. No pude entretenerme demasiado porque mi AVE salía a primera hora de la tarde y debía pasar por el hotel para recoger el equipaje, situación en la que también se encontraban algunos de los asistentes —tengo entendido que Pablo mazo incluso perdió el avión—. Esto provocó un ligero desbarajuste final y algunas marchas intempestivas, entre ellas, la mía, por lo que ofrezco mis más sinceras disculpas a todos aquellos a los que prácticamente dejé colgados. Casualmente, en el mismo AVE de vuelta a Madrid coincidimos Alfonso Mateo Sagasta y yo —¿he dicho ya que es un tipo extraordinario?— con lo que el viaje de regreso se hizo más ameno de lo esperado. A las nueve de la noche llego a casa —hogar, dulce hogar— molido, roto, baldado, pero con una sonrisa gilipollesca esbozada en los labios y una sensación de plenitud y felicidad que no se me borrará en mucho tiempo. Los viejos del lugar probablemente argumentarán que este tipo de actos cansan, aburren y que son demasiado reiterativos. No dudo de que así sea cuando se llevan muchos a las espaldas, pero, para mí, esta oportunidad ha supuesto la inestimable ocasión de disfrutar de momentos únicos en compañía de un nutrido grupo de personas con las que comparto circunstancias e inquietudes comunes. Y eso, como decía el anuncio de Mastercard, no tiene precio.
Terminado el evento, nos vamos todos a Negra y Criminal para participar en el acto de clausura y contemplar la misteriosa y simpática exposición La primera hostia, llevada a cabo a partir de una genial iniciativa de la librera Montse Clavé, y consistente en una muestra fotográfica de casi una treintena de autores recibiendo, en efecto, "su primera hostia", es decir, vestidos de traje de comunión. La exposición continuará vigente durante todo el mes de febrero. Aconsejo darse una vuelta por la librería y echarse unas risas. Al llegar a Negra y criminal la estampa resulta imponente. Unas doscientas personas reunidas en la calle en torno a la puerta de entrada de un local que escasamente rondará los 40 metros cuadrados. La calle estaba literalmente ocupada por autores, lectores y aficionados negrocriminales, campando por doquier en un totum revolutum maravillosamente caótico. Allí coincidí con amigos y lectores como algunos de los foreros de Abretelibro —gracias Eki, Irene Adler y compañía por asistir—, Ricard, Jaume o Elisabet —fue un placer emborronaros vuestros ejemplares de El documento Saldaña. Espero que lo disfrutéis—. También tuve ocasión de trabar contacto a algunos de los autores que me quedaba por conocer y volver a saludar y despedirme de muchos de los amigos que me habían acompañado a lo largo de esos días: Carlos Salem, Andreu Martín, Eduard Pascual, González Ledesma, Fernando Gómez, Rosa Ribas, José Andrés Espelt, Eugenia Rico... Pido perdón a todos aquellos cuyo nombre se me ha pasado por alto. Por desgracia, el caos reinante me impidió intimar con mayor calma con muchos de los asistentes. Es lo que tienen este tipo de actos multitudinarios.
Clausurado oficialmente el encuentro BCNegra 2009, los allí reunidos comenzamos a dispersarnos en busca de algún sitio donde comer algo. No pude entretenerme demasiado porque mi AVE salía a primera hora de la tarde y debía pasar por el hotel para recoger el equipaje, situación en la que también se encontraban algunos de los asistentes —tengo entendido que Pablo mazo incluso perdió el avión—. Esto provocó un ligero desbarajuste final y algunas marchas intempestivas, entre ellas, la mía, por lo que ofrezco mis más sinceras disculpas a todos aquellos a los que prácticamente dejé colgados. Casualmente, en el mismo AVE de vuelta a Madrid coincidimos Alfonso Mateo Sagasta y yo —¿he dicho ya que es un tipo extraordinario?— con lo que el viaje de regreso se hizo más ameno de lo esperado. A las nueve de la noche llego a casa —hogar, dulce hogar— molido, roto, baldado, pero con una sonrisa gilipollesca esbozada en los labios y una sensación de plenitud y felicidad que no se me borrará en mucho tiempo. Los viejos del lugar probablemente argumentarán que este tipo de actos cansan, aburren y que son demasiado reiterativos. No dudo de que así sea cuando se llevan muchos a las espaldas, pero, para mí, esta oportunidad ha supuesto la inestimable ocasión de disfrutar de momentos únicos en compañía de un nutrido grupo de personas con las que comparto circunstancias e inquietudes comunes. Y eso, como decía el anuncio de Mastercard, no tiene precio.
Etiquetas: Amigos, Autores, BCNegra, Lectores, Libros, Literatura
6 comentarios:
Gracias por la vivísima crónica que has hecho, Pedro, y me alegro muchísimo del exitazo que premia el esfuerzo de Paco Camarasa y compañía.También gracias por citar "La Coronela", adonde pienso ir a la primera que pueda.Manda narices que yo cuando voy a Madrid, si puedo no me pierdo una comida o cena en "La mordida" y tenga que ser un madrileño quien me de pistas sobre un buen mexicano en BCN X:DDD
Besazos.
Buena crónica Pedro. Te ha faltado pasarte por el Boadas y/o zamparte unas albóndigas con sepia en Casa Leopoldo, lugares germinales y emblemáticos de la novela negra española. Pepe Casvallo se los conocía al dedillo. Es más, juraría que en una ocasión le vi compartiendo mesa en el segundo con su sobrino Miguelín Cortés; Que ya apuntaba maneras.
Un abrazo.
El Fer.
Los caminos del señor son inexcrutables, querida Samantha. Quién te iba a decir a ti que un forastero iba a descubrirte un buen lugar para comer en tu propio terreno. No dejes de visitar La Coronela. Te aseguro que merece la pena.
Fer, en el Boadas estuve a punto, pero Juan Madrid terminó con las existencias. Casa Leopoldo me quedó pendiente para la próxima. Es muy probable que vieras allí a nuestro amigo Cortés. Estoy más que seguro que conoce ambos lugares.
Abrazos,
Pedor de Paz
Una crónica imprescindible, y maravillosa. Al realizar yo el primer resumen de BCNegra 2007, que por cierto apareció el año pasado en Y Latina, recordaba en Gijón al leerlo que me superaba simplemente como lector.
Mi iniciación empieza de Sábado a Sábado, y cada año se va superando.
Creo que es el único género que existe esta comunión entre autor y lector.
Muchas Gracias, Pedro.
Demuestras que Madrid y Barcelona, no están tan lejos.
Y destacar una cosa muy importante para tus lectores, cada festival de novela negra es diferente y eso lo agradecemos.
Un fuerte abrazo,
José Andrés
Gracias por tu comentario, Cruce. Nos vemos, compañero.
Abrazos,
Pedro de Paz
Pedro, me das mucha envidia, pero envidia de la mala eh, jaja.
Abrazos.
Rubén.
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