Mentiras completas y verdades a medias



lunes, 4 de agosto de 2008

Soy un bocas

Ya está. Ya la he liado de nuevo. Por bocas. Eso es lo que soy: un bocas. Si ya me lo decía mi padre: «esa lengua que tienes te va a perder». Si es que me lo tengo merecido. ¿Quién me mandará a mí?

La otra tarde asistí a un encuentro con gente de esto de la pluma. Conocí a excelentes personas con ganas de enseñar a alguien que, como yo, aún le queda mucho por aprender. Ese es, para mí, uno de los aspectos más apreciados de este tipo de eventos: instruirse escuchando al que sabe de lo que habla. Entre los asistentes, en uno de los corrillos, se encontraba un reputado crítico, colaborador habitual de prensa escrita, departiendo a diestro y siniestro, pontificando para todo aquel que desease escucharle acerca de las bases de la literatura y la importancia de acogerse a ciertos cánones si lo que se deseaba hacer era «literatura de verdad» (sic). Lo más fatuo que he visto en mucho tiempo. A mí, que aún siento cierto respeto por los críticos, aquel imbécil me pareció un autentico pelanas cuya mayor virtud consistía en tratar de epatar al personal lanzando estrambotes sin sentido. Y a punto estaba de escabullirme de tan didáctica charla cuando el susodicho comenzó a comentar la obra de un determinado autor, llamémosle X, indicando que los textos de X estaban a años luz de la autentica Literatura y que su nivel literario era poco menos que burdo y deplorable. Y ahí fue donde me tocó la flor. Básicamente porque a X lo tengo por amigo y, sobre todo, porque su última novela se encuentra probablemente entre las diez mejores que he tenido ocasión de leer en los últimos cinco años. Con cierta animadversión le pregunté que en qué se basaba para emitir tal opinión. Me respondió que los textos de X eran insustanciales y facilones; que, aunque correctos desde una perspectiva gramatical y estilística, empleaba un lenguaje ramplón, exento de lirismo; que sus argumentos, excesivamente costumbristas, no albergaban trascendencia alguna y que estaban destinados al mero entretenimiento de masas. En su opinión, algo de tales características jamás podría ser considerado Literatura. Le hice notar que, aun no estando de acuerdo con sus apreciaciones sobre la obra de X y salvando las obvias distancias, las características mencionadas cuadraban perfectamente con las atribuidas en su momento a Dumas, Pérez Galdós y que, si me apuraba, podrían aplicársele incluso a parte de los textos de Shakespeare. ¿Estaba afirmando que las obras de los mencionados no eran Literatura? Sonrió con suficiencia y me dijo que por supuesto que no era eso lo que quería decir. Que a pesar de lo que en su momento se opinase de ellas, las obras de los mencionados se habían ganado un lugar por derecho propio en la Literatura por el mismo motivo por el que lo habían hecho, por ejemplo, Mozart o Beethoven en el ámbito de la música: por sus planteamientos innovadores, su novedosa técnica y su perdurabilidad y aceptación con el tiempo. Embotado por tanta gilipollez pomposa, le sugerí que, bajo esas premisas, deberíamos despreciar el trabajo de Led Zeppelin por componer esa nimiedad llamada Stairway to heaven, tan distante del Requiem de Mozart. O a Lynyrd Skynyrd porque su burdo Freebird se encontraba muy alejado de cualquier sinfonía de Beethoven.

Me contestó que, en efecto, así era. Que tales obritas jamás resistirían el paso del tiempo y acabarían perdiéndose en la nada.

Justo en ese momento lo mandé a tomar por culo. En alta voz y ante presencia de testigos.

Lo dicho. Soy un bocas.

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7 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Con esas palabras últimas se acaba de argumentar su misma tontería. Desconozco de quien hablabais, pero a mí me resulta difícil comprender a alguien que finalmente me viene a premonizar el futuro. Ni que fuera profeta. "Que tales obritas jamás resistirían el paso del tiempo y acabarían perdiéndose en la nada" Éstas son las palabras que no acabo de comprender. Qué tiene que ver el tiempo con la buena literatura. Cuántos mitos, leyendas, historias se habrán perdido en el tiempo, al igual que canciones populares. Cuántos mitos, leyendas, historias habrán llegado a nosotros y, a lo mejor, no son comparables a ésas que se han perdido. Nunca comprenderé eso de darle carácter inmortal a lo que uno cree auténtico. Qué es la literatura para que tenga que perdurar en el tiempo como él asegura ¿Cuánto tiene que pasar para que "Escalera al Cielo" sea considerada por él como una obra maestra del rock y por lo tanto de la música? Y esto lo pregunto porque, según él, sólo sabiendo el tiempo determinado de subsistencia se le podría dar categoría de obra maestra. Me explico. El argumento más absurdo en el que caen este tipo de pedantes es en decir que a esas obras el tiempo no las salvará del olvido. Porque claro, si tú y yo no vivimos para verlo así también lanzo yo veredictos. Es el típico que dice: ya verás como el tiempo me dará la razón. Sí, hombre, así también tiro yo por tierra todo. Por mi parte estoy seguro que Paulo Cohelo va a ser más recordado en el tiempo que muchos de los grandes de hoy en día.

Creo yo que primero habrá que analizar la obra dentro del momento histórico en el que se desarroya, ¿no? Y será importante en tanto y en cuanto afecte a ese momento. Entre otros detalles como pueden ser las influencias del autor, la innovación, etc. Otra cosa es que te guste o no su estilo.

¿Por qué no me mandas un email y me dices de quién se hablaba y quién lo hablaba? Y ya de paso quedamos para devolverte el mechero. Libro lunes y martes, Pedro, qué día te vien mejor.

4 de agosto de 2008, 1:50  
Anonymous Anónimo ha dicho...

"Desarrollo", siento el error.

4 de agosto de 2008, 2:46  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Había oído comentar lo de la bronca, pero no lo quería creer. Que fuerte. No hagas ni caso. El tío es un idiota. Y un baboso.

Besos

4 de agosto de 2008, 8:10  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Oyes, el tal nomevendo del post anterior, ¿no será el crítico ese que dices?

4 de agosto de 2008, 9:39  
Blogger Pedro de Paz ha dicho...

Child, el susodicho argumentaba precisamente eso: que él disponía del criterio adecuado para determinar qué era Literatura y qué no y, además, que el paso del tiempo es el principal factor que permite dar y quitar razones estableciendo la calidad y validez de las obras en función de su persistencia al margen de las bondades de las mismas. Fue ante ese despropósito cuando le mandé a la mierda.

Venga, vale. Te mando un Email pero como mucho te descubriré la identidad de X, a quien tú también conoces y has leído. La del cenutrio prefiero dejarla en el anonimato por una cuestión de decoro. Aunque lo más seguro te acabe llegando por otros medios. El incidente parece que se está haciendo popular. Respecto a lo quedar, esta semana me viene fatal. Mejor la semana que viene. Pero tranquilo, que sé que el mechero está en buenas manos.

¿Ya ha llegado a sus oídos, Suzie?. Joder, como vuelan las noticias.

No lo creo, anónimo. No creo que el tipo pierda su tiempo en pasarse por este blog. No soy tan importante.

Abrazos a todos,
Pedro de Paz

4 de agosto de 2008, 10:23  
Blogger Ángel Gasóleo ha dicho...

Cuanto más pasa el tiempo más concienciado estoy de que es inútil perder más tiempo discutiendo con unos o con otros qué es buen o mal arte. Pasará a la historia la literatura que tenga que pasar. Ni puta idea cuál pasará; en el fondo, creo no somos más que vanidosos que esperamos que sea la nuestra -la que hemos leído o la que hemos escrito-. Un saludo

4 de agosto de 2008, 17:27  
Blogger Desvelada ha dicho...

El cr�tico un imb�cil y t� un t�o con un par bien puestos en su sitio.

13 de agosto de 2008, 23:56  

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