El rey que fue derrocado con la ayuda de la Guardia Civil
Consultando una documentación relacionada con un asunto que no viene al caso, tropiezo con una historia muy curiosa. Tanto como divertida. Es muy posible que alguno ya la conozca. Para los que no, me gustaría compartirla. Por si logro despertar una sonrisa con la que iniciar con buen pie el fin de semana.
En 1278, tras una serie de enconadas disputas territoriales entre el Conde de Foix y el obispo de Seo de Urgel, se firma en Lérida un tratado que, bajo el nombre de primer pariatge, convierte la región conocida hasta ese momento como Valles de Andorra en un principado y establece sobre el territorio un regimen de cosoberanía compartido por las figuras del rey de Francia y el obispo de Seo de Urgel. En 1288 dicha circunstancia es ratificada mediante un nuevo tratado conocido como segundo pariatge. Desde entonces, el régimen de cosoberanía se mantiene de manera formal, siendo el único cambio reseñable la sustitución de la figura del rey de Francia por la del presidente de la República Francesa. Desde el siglo XIII, aun con ciertas variaciones administrativas como la composición de un parlamento unicameral en 1866, Andorra se ha regido siempre bajo la figura de principado compartido.
A excepción de trece días de 1934.
El 8 julio de 1934, un antiguo noble ruso expulsado de su país durante la revolución de 1917 llamado Boris Skossyreff, un vivales sobre el que ya pesaban varias condenas por estafa y una expulsión de la isla de Mallorca, decide establecer motu proprio la monarquía en el principado y autoproclamarse monarca con el beneplácito del Consejo General, el órgano parlamentario de Andorra, al que el encantador de serpientes de Skossyerff, con su plan de convertir Andorra en un pequeño estado a imagen y semejanza de Mónaco, había prometido el oro y el moro en forma de inversiones extranjeras y atracción de capitales. El recién autocoronado Boris I de Andorra redacta una constitución y modifica sustancialmente el sistema de gobierno implantado en el principado. En estas, las noticias llegan a oídos del gobierno francés y del obispo de Seo de Urgel, cosoberanos del territorio desde tiempos inmemoriales. Sorprendentemente, el gobierno francés renuncia a tomar cualquier tipo de medida, desinteresándose por el asunto. Sin embargo, el obispo de Seo de Urgel manda un comunicado a Skossyreff diciéndole, grosso modo, que «se deje de hacer el canelo y que tonterías, las justas».
Y aquí comienza el sainete digno del más puro Berlanga.
Skossyreff, en su puesto de monarca recién estrenado, se ofende por la respuesta del obispo y decide declararle la guerra. El 21 de julio de 1934, por toda respuesta, el obispo se va para el cuartel de la Guardia Civil —que no era la actual y mucho menos la franquista, sino la de la República, pero era Guardia Civil al fin y al cabo— de Seo de Urgel y, haciendo valer su autoridad, se hace acompañar por un sargento y cuatro números y marcha en busca de Skossyreff con el fin de darle las suyas y las de un bombero. Imaginen la escena. Todo un señor monarca —que según ciertas fuentes en ese momento degustaba tranquilamente un té en batín y zapatillas— que ve llegar al sargento Romerales y a los cuatro picolos con toda su dotación, tricornio incluido, y que, al grito «¡Alto a la autoridad!» es detenido, engrilletado y puesto en custodia mientras sus aparentes súbditos, representados por el Consejo General allí presente en ese momento, miran para otro lado silbando con disimulo. A la orden de «tira p'alante, majestad» se lo llevan al cuartelillo de Seo de Urgel desde donde es trasladado a la mañana siguiente a Barcelona para ser puesto a disposición del juez, que lo juzgará de acuerdo con la Ley de Vagos y Maleantes vigente en la época. El 23 de julio es trasladado a Madrid para ingresar en la Cárcel Modelo. A su llegada se queja de maltrato y vejación por parte de las autoridad. No es que le hubiesen dado la del pulpo —el propio Skossyreff afirma que la Guardia Civil lo ha tratado con cierta corrección— sino que alega que le han hecho viajar a Madrid en un vagón de tercera, muy alejado de lo merecido por su rango de monarca de un país extranjero. Tras pasar un tiempo en la cárcel y en vista de que, en forma estricta, no ha cometido ningún delito en territorio español, es puesto en libertad con la orden de ser expulsado de inmediato del país. Skossyreff abandona España con destino a la vecina Portugal donde subsiste durante cuatro años pegando sablazos a diestra y siniestra a todo el que se deja y contando a todo el que quiere escucharle sus penas como monarca en el exilio.
En 1938 las autoridades francesas permiten a Skossyreff volver a pisar territorio francés. En febrero de 1939 se le interna, junto con centenares de combatienes exiliados de la Guerra Civil Española, en el campo disciplinario —reconvertido posteriormente en campo de concentración— de Rieucros sin que exista constancia ni de las causas ni de los cargos que se le imputan. Ahí se le pierde la pista para siempre. Algunas fuentes afirman que falleció en 1944. Otras, que sobrevivió hasta 1989 oculto en un pueblecito de Alemania.
En 1278, tras una serie de enconadas disputas territoriales entre el Conde de Foix y el obispo de Seo de Urgel, se firma en Lérida un tratado que, bajo el nombre de primer pariatge, convierte la región conocida hasta ese momento como Valles de Andorra en un principado y establece sobre el territorio un regimen de cosoberanía compartido por las figuras del rey de Francia y el obispo de Seo de Urgel. En 1288 dicha circunstancia es ratificada mediante un nuevo tratado conocido como segundo pariatge. Desde entonces, el régimen de cosoberanía se mantiene de manera formal, siendo el único cambio reseñable la sustitución de la figura del rey de Francia por la del presidente de la República Francesa. Desde el siglo XIII, aun con ciertas variaciones administrativas como la composición de un parlamento unicameral en 1866, Andorra se ha regido siempre bajo la figura de principado compartido.
A excepción de trece días de 1934.
El 8 julio de 1934, un antiguo noble ruso expulsado de su país durante la revolución de 1917 llamado Boris Skossyreff, un vivales sobre el que ya pesaban varias condenas por estafa y una expulsión de la isla de Mallorca, decide establecer motu proprio la monarquía en el principado y autoproclamarse monarca con el beneplácito del Consejo General, el órgano parlamentario de Andorra, al que el encantador de serpientes de Skossyerff, con su plan de convertir Andorra en un pequeño estado a imagen y semejanza de Mónaco, había prometido el oro y el moro en forma de inversiones extranjeras y atracción de capitales. El recién autocoronado Boris I de Andorra redacta una constitución y modifica sustancialmente el sistema de gobierno implantado en el principado. En estas, las noticias llegan a oídos del gobierno francés y del obispo de Seo de Urgel, cosoberanos del territorio desde tiempos inmemoriales. Sorprendentemente, el gobierno francés renuncia a tomar cualquier tipo de medida, desinteresándose por el asunto. Sin embargo, el obispo de Seo de Urgel manda un comunicado a Skossyreff diciéndole, grosso modo, que «se deje de hacer el canelo y que tonterías, las justas».
Y aquí comienza el sainete digno del más puro Berlanga.
Skossyreff, en su puesto de monarca recién estrenado, se ofende por la respuesta del obispo y decide declararle la guerra. El 21 de julio de 1934, por toda respuesta, el obispo se va para el cuartel de la Guardia Civil —que no era la actual y mucho menos la franquista, sino la de la República, pero era Guardia Civil al fin y al cabo— de Seo de Urgel y, haciendo valer su autoridad, se hace acompañar por un sargento y cuatro números y marcha en busca de Skossyreff con el fin de darle las suyas y las de un bombero. Imaginen la escena. Todo un señor monarca —que según ciertas fuentes en ese momento degustaba tranquilamente un té en batín y zapatillas— que ve llegar al sargento Romerales y a los cuatro picolos con toda su dotación, tricornio incluido, y que, al grito «¡Alto a la autoridad!» es detenido, engrilletado y puesto en custodia mientras sus aparentes súbditos, representados por el Consejo General allí presente en ese momento, miran para otro lado silbando con disimulo. A la orden de «tira p'alante, majestad» se lo llevan al cuartelillo de Seo de Urgel desde donde es trasladado a la mañana siguiente a Barcelona para ser puesto a disposición del juez, que lo juzgará de acuerdo con la Ley de Vagos y Maleantes vigente en la época. El 23 de julio es trasladado a Madrid para ingresar en la Cárcel Modelo. A su llegada se queja de maltrato y vejación por parte de las autoridad. No es que le hubiesen dado la del pulpo —el propio Skossyreff afirma que la Guardia Civil lo ha tratado con cierta corrección— sino que alega que le han hecho viajar a Madrid en un vagón de tercera, muy alejado de lo merecido por su rango de monarca de un país extranjero. Tras pasar un tiempo en la cárcel y en vista de que, en forma estricta, no ha cometido ningún delito en territorio español, es puesto en libertad con la orden de ser expulsado de inmediato del país. Skossyreff abandona España con destino a la vecina Portugal donde subsiste durante cuatro años pegando sablazos a diestra y siniestra a todo el que se deja y contando a todo el que quiere escucharle sus penas como monarca en el exilio.
En 1938 las autoridades francesas permiten a Skossyreff volver a pisar territorio francés. En febrero de 1939 se le interna, junto con centenares de combatienes exiliados de la Guerra Civil Española, en el campo disciplinario —reconvertido posteriormente en campo de concentración— de Rieucros sin que exista constancia ni de las causas ni de los cargos que se le imputan. Ahí se le pierde la pista para siempre. Algunas fuentes afirman que falleció en 1944. Otras, que sobrevivió hasta 1989 oculto en un pueblecito de Alemania.
Etiquetas: Curiosidades, Historia, Risas
29 comentarios:
No me resisto a preguntarlo: ¿qué ha pasado con Paco Gómez Escribano?
En todas, en todas las entradas, comentaba. Siempre comentaba. Normalmente, era, además, el primero que lo hacía; casi parecía que acechazaba la entrada nueva para poder decir algo.
Hasta hace poco. Exactamente, hasta la fecha en que presentó su libro. A partir de ahí, no ha vuelto a aparecer por este blog.
¿Es una casualidad o una causalidad?
Hemos salido tarifando, anónimo. No veas tú que jari. Hemos estado apunto de acudir al "Sálvame" o a "La noria" o alguno de esos programas para tirarnos de los pelos en público y todo.
( Es broma. Anda ocupado el hombre. Pero nos seguimos queriendo y esas cosas. De hecho, es muy posible que en breve hagamos una presentación conjunta Durruti-Círculo Alquímico ).
Joder, anónimo, me tienes controlao. Como dice Pedro, ando muy liao. Ni siquiera me da tiempo a actualizar mi blog como lo hacía antes. Publicar una novela lleva mucho trabajo. En concreto, te diré que dos correcciones y luego mucho trabajo de promoción.
Quiero mucho a Pedro, pero tampoco comento en todas las entradas. No hay ningún tipo de problema entre él y yo, más bien al contrario. Ni se me ha subido nada a la cabeza ni me he vuelto loco. Sigo siendo el mismo.
Por cierto, Pedro, buena historia esta que nos cuentas. Un abrazo.
Ja, ja...ya lo sabes, Paco...te vigilo.
Me tranquiliza y alegra lo que he leído. Saludos a los dos.
Yo, otro anónimo, también había notado lo mismo. Paco siempre estaba al acecho para comentar el primero cualquier entrada, la que fuera. Hasta que logró la cuadratura del círculo.
Por cierto, Pedro, ¿cuándo va a salir publicada tu última novela?
Y, ya de paso, por malsana curiosidad, ¿has roto con Planeta?
Pues ya ves, otro anónimo, que todo es debido a circunstancias puntuales. Nada oscuro o malicioso. Mi próxima novela saldrá publicada en otoño. Ya iré dando los detalles según se vayan sucediendo. Y no, no he roto con Planeta. De hecho hay interés por su parte en la segunda novela de la saga "Saldaña" en la que estoy trabajando ahora. Lo que ocurre es que las relaciones escritor-editorial, cuando no hay novela que ofrecer de por medio, se mantienen latentes. Y así es como están ahora: latentes.
Un saludo.
A ver, coño, que aprecio a Pedro. Me gusta cómo escribe y me gusta cómo defiende sus posturas, esté o no de acuerdo con ellas, que en la mayoría de ellas lo estoy. Que no he estado comentando sus entradas por ningún tipo de interés personal. De hecho, mi novela ha sido publicada porque le ha gustado al editor, que Pedro no ha tenido nada que ver, joder. Que no tengo ningún interés en hacerle la pelota. Es solo que le aprecio y más desde que se brindó a leerse mi novela y a presentármela. Se la deberé siempre, pues la presentación de la primera novela es algo muy especial para el autor.
Joder, si queréis abro un grupo en Facebook para dar explicaciones, coño ya.
:-DDDDDDDDDD
Venga, Paco, coño... Que ya está, que las explicaciones se piden si se estima oportuno y se ofrecen si apetece. Y no le des más vueltas.
Me parece una salida de tono inadecuada. Ha habido dos comentarios, de dos lectores de este blog (yo soy el primero de los anónimos) que han observado algo. Algo intrascendente, algo anecdótico, irrelevante...pero perceptible. Tan perceptible que, de hecho, yo lo percibí y, por lo que veo, otro lector, al que no conozco, y vaya a saber a cuántos kilómetros de distancia de mi, también. Pero fuera de manifestar extrañeza por lo que habíamos percibido, ni mi primer mensaje, ni el de este segundo anónimo, fueron más allá. Nadie había restado méritos a nadie, ni atribuido supuestas ayudas, ni nada parecido. (A mi, de hecho, nada de eso se me había ocurrido; me había montado otra película, sí...pero no esa).
La explicación (que se daba porque se quería....y supongo que porque salir voluntariamente a la palestra, obliga en cierto modo a hacerlo) era más que satisfactoria y comprensible. Sin embargo, el que un segundo lector venga a decir que no era yo solo el que había visto algo, que él también había notado lo mismo...provoca una réplica airada, argumentada con un par de coños, y defendiéndose de acusaciones que nadie había formulado. Que cada uno saque sus propias conclusiones.
En todo caso, lamento que una pregunta y una observación (secundada) hayan causado molestias, y puedan haber empañado el momento de felicidad que ahora vive el autor: no merece la pena ofenderse cuando no hay motivo, la verdad.
Anónimo, creo que el asunto se está saliendo de madre sin necesidad de ello ni motivo que lo avale. Es cierto que quizá Paco se haya pasado de suspicaz al pensar que, indirecta y veladamente, se le podía estar acusando de que su antigua participación activa en este blog podía deberse a un interés por alcanzar ciertos intereses propios. Y quizá la reiteración del segundo anónimo puede que haya disparado aún más su suspicacia. Pero también debes tener en cuenta de que el hecho de que tales apuntes provengan de personas anónimas dificulta un poco el confiar en la intencionalidad de las preguntas. Pero creo que, aclaradas las posturas, aquí debería parar este asunto que, creo sinceramente, ya no necesita de ninguna explicación añadida. Aquí paz y después, gloria.
De acuerdo en la conclusión, Pedro. Ni hay nada que deba seguir, ni debía haberse llegado siquiera a este punto.
En desacuerdo, sin embargo, con la exculpación por razón del anonimato: firme con esta opción (que ofrece libremente el blog), con mi nombre y dos apellidos (indiferentes para quien no me conoce, vosotros entre ellos), con un pseudónimo o con un titulo de grandeza, la pregunta y la observación que haría serían idénticas, y su intencionalidad, inocente o perversa, también. Creo más bien que el tuyo es un intento (que te honra) de justificar un mal día ante un inexistente reproche a Gómez Escribano por su efectivamente antigua participación activa en este blog. A veces la suspicacia y la intencionalidad no están tanto en la pregunta, ni desde luego en la firma de quien la emite, sino en los ojos del que la lee.
Me quedo, de momento, con la paz, que de la gloria nadie nos asegura nada.
Quizá me haya vuelto a explicar mal, anónimo. No pretendía decir que la razón del anonimato exculpe de nada ni que, por tu parte, sea una opción erróneamente escogida. Ni tampoco que Paco no se haya excedido en su suspicacia. Pretendía señalar que ese mismo comentario, de haber venido de alguien conocido, muy posiblemente no hubiese despertado los mismos recelos (días malos aparte).
Es muy posible, cierto. Pero dejemos estar ya tanto comentario, como bien decías, que nos está quedando el rifirrafe no pretendido excesivamente largo, y nos van a acabar pidiendo los espectadores que nos arrejuntemos o nos peguemos por lo menos en serio, pero que no les aburramos más.
Por mi parte, os sigo, a ambos, hace tiempo, y tenéis mi respeto los dos, cada uno de una forma y por razones distintas.
Mi nombre, por cierto, es Alfonso (y, realmente, como es la primera vez que posteo, no sé cómo se mete en las opciones que me da la cosa esta.
Un saludo.
En cuanto a la paz y la gloria, yo me quedo con Pedro de Paz y le deseo que alcance la gloria con su nueva novela.
El segundo anónimo (qué jodido es ser un anónimo segundón)
Yo soy el segundo anónimo, porque es evidente que los dos anteriores eran uno solo, el mismo imbécil que ha escrito otras veces en este y otros blogs con el único fin de molestar un poquito sin que se note.
Pero lo que me pregunto es: ¿“acechazaba”? ¿Del verbo “acechazar”? Joder, para eso mejor que no hubieras dejado el primer comentario...
Bueno, vamos a ver si vamos dejando ya las puyas, si no es molestia y me hacéis el favor.
No, el segundo anónimo soy yo. No digas que eres tú, Paco, que se te ha visto el plumero.
Mi querido tercer anónimo: aparte de insultar (imbécil) y ver una errata (acechazaba por acechaba: grandioso: eres filólogo, por lo menos, ¿verdad? Todos las cometemos...en una de las respuestas también se desliza un de que incorrecto...lo que tiene escribir rápido: ¿no la has visto?, ¿esa no la comentas....?)... ¿eres capaz de argumentar algo? Siendo esta toda tu contribución, la del típico "voy a ver qué fallo pillo, que así puedo corregir y dejar clarito lo sobrado que voy", creo que el comentario que está de más no era precisamente el primero de los míos.
(No releo y corrijo el texto, para ver si ha habido suerte y te doy el gustazo de pillar alguna erratilla más. No me des las gracias: hay que ser caritativo con los pobres de espíritu).
No fui a pillar fallos, simplemente lo leí y me llamó la atención en un tío por lo demás tan sobrado.
No hay mucho que argumentar, tú mismo te descalificas con ese tonillo malasombra y al mismo tiempo contradictorio (empiezas atacando y terminas manifestando tu admiración).
"Imbécil" no es insulto, es definición.
Que sabemos que eres Paco.
El (auténtico) segundo anónimo
¿No ves como, simplemente, eres imbécil? Y luego te enfadas...
No hay contradicción alguna: basta con que leas, en lugar de inventar: no he dicho nunca que admire, sino que respeto. Creo que no es lo mismo, pero corrígeme tú si me equivoco. No admiro, respeto: a Pedro de Paz, por lo que he leído hasta la fecha en este blog, por ciertos principios que creo que deja entrever en muchas de sus entradas (por su literatura no puedo hacerlo o no hacerlo, porque no he leído nada de él); y a Gómez Escribano por su tesón, por la constancia en perseguir un sueño y al final conseguirlo, por vivir con una ilusión en lugar de sólo con un trabajo de 8 a 3, como la mayor parte de nosotros. Pero nada más: no les admiro; sencillamente sigo el blog de Pedro por lo que he dicho y me gustaba ver las continuas entradas de Gómez Escribano.
Desde luego, pienso que este lo hacía por algo más que porque admirara a De Paz (aunque también): quería aparecer, dejarse ver, formar parte...bueno, perfecto, no era nada malo. Pero sí me pareció curioso que después de aparecer insistentemente en casi todos los blogs, a veces diciendo algo casi por decir, de repente desapareciera, justo cuando ha publicado su libro. ¿A ti no te lo parece?
Eso es todo: respeto (no admiración) por De Paz por unas razones, y por Gómez Escribano por las otras, justo hasta el momento en que ese respeto se transforma en extrañeza y suspicacia por ver que ha desaparecido de golpe de donde antes estaba día sí y día también. Yo no veo la contradicción. ¿Tú sí? Bueno, lógico: yo es que no llego a tanto.
Te guste o no, el segundo anónimo y yo somos dos personas distintas, y no nos conocemos. A lo mejor somos los dos únicos iluminados que hemos creído ver algo raro...o a lo mejor es que con mi entrada malasombra no hablaba de un espejismo.
En cuanto a lo de la definición (fíjese que al principio creí que era un vulgar insulto, y me extrañaba, porque las personas educadas no insultan): muchas gracias por la información. Tenía la sospecha de que lo era, pero ahora que alguien de su solvencia me lo asegura, ya no me queda duda de que soy un imbécil. Qué amable.
Relájate viendo este vídeo.
http://www.youtube.com/watch?v=4M7rPL7NW3k&feature=related
Por cierto, mi reconocimiento a Pedro de Paz, que ha sabido mantener muy bien el buen talante en toda esta discusión. Eres un gentleman, Pedro.
Y mucho mejor escritor que otros.
Lo que tienes es un problema de doble personalidad. Pero no te preocupes, esas cosas se curan.
( No puedo creerlo... ¿Cómo hemos llegado hasta aquí a partir de un simple comentario? )
Señores, por favor... ¿Lo vamos dejando ya, si somos todos tan amables?. Que si revisamos el primer y el segundo comentario, comprobaremos que tampoco es para tanto, leches.
Tienes razón, Pedro. Por mi parte no habrá más comentarios.
El auténtico segundo anónimo
Totalmente de acuerdo, Pedro.
El primer anónimo (que no tenía ninguna intención de que se iniciara todo esto por su primer comentario).
(Por cierto: centrándonos en el tema de la entrada, al que no le hemos hecho ni caso: supongo, Pedro, que conoces un libro de Morell, creo que se llama el autor, sobre el asunto y el personaje....es que, casualidad, ayer, justo ayer, lo vi en una librería de Madrid, por 1 euro...por si te interesara).
Sí, anónimo. Aunque no he tenido ocasión de leerle, tengo referencias del libro de Antoni Morell. Gracias en cualquier caso.
Si he molestado a alguien, pido disculpas. Primero a Pedro, porque es su blog y detesto adquirir un protagonismo que ni deseaba ni deseo. Y luego a los anónimos. Creo que soy buena gente, que no me meto con nadie. Solo me mosqueé, porque no solo se decía que yo ya no aparecía por aquí, sino que si lo había hecho, era por interés. Y por ahí no paso. Soy bueno, pero no tonto, y sé distinguir las acusaciones veladas y las segundas inteciones.
Por mi parte lo dejo aquí. Como veis os he dejado hablar sin intervenir por no crear más polémica.
Recibid todos un sincero y cordial saludo.
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