Temple flamenco
Voces quebradas que rasgan las madrugás. Duende. Pasión. Destellos de hombría cabal. Aroma febril a hembra doliente. Y arte. Mucho arte. Todo eso y mucho más es lo que nos ofrece la compañía de Fran Vilchez a través de su espectáculo Temple flamenco, un montaje teatral plagado de sorprendentes propuestas en el que se dan cita lo más selecto del tradicional arte jondo y las más innovadoras técnicas de baile. A partir de un recorrido por diversos palos —desde los más ortodoxos fandangos, alegrías y bulerías hasta los más heterodoxas habaneras o tangos— virtuosamente desgranados por un soporte musical de cajón, guitarra, violonchelo y voz, los bailaores de Temple flamenco, un elenco joven en edad pero sorprendente maduro en tablas y técnica, aportan su visceral puesta en escena para crear un espectáculo de enorme plasticidad y belleza enaltecido por una acertadísima escenografía que recrea una atmósfera de luces, contraluces y sombras en las que el sentimiento y los sentidos dicen más que callan.
Un extraordinario espectáculo llevado a cabo por un cuerpo de baile en estado de gracia. Una oportunidad única para contemplar Arte en estado puro.
Un extraordinario espectáculo llevado a cabo por un cuerpo de baile en estado de gracia. Una oportunidad única para contemplar Arte en estado puro.
1 comentarios:
Ciertamente flipante. Lo que más me sorprendió cuando Laura Muñoz me presentó a Fran y a Pablo, los bailaores, es que vi que eran críos, lo que aporta más mérito, porque encima los notas improvisan en cada pase, según me dijeron, porue si no se aburren. Yo soy un poco más ortodoxo en esto del Flamenco, por tanto disfruté más de fandangos y bulerías que de habaneras y demás. En cualuier caso, como bien dices, espectacular. Un abrazo.
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