Disfrutad, disfrutad, malditos
Maldita sea. Este año no pudo ser. Por razones que no vienen al caso, me ha sido imposible asistir a la ineludible cita anual que todo juntaletras de ánimo retorcido, vocación pendenciera e inspiración negrocriminal anhela por estas fechas. ¿Que cuál es el motivo de mi desazón? Es difícil de explicar. Si no se ha vivido ni sentido nunca, el tratar de argumentar qué es, qué se esconde y qué subyace tras el espíritu que imbuye a la Semana Negra de Gijón resulta harto complicado. Quizá sea el buen hacer de sus gestores. O quizá lo fascinante de agrupar en un mismo lugar y tiempo a la mayor parte de referentes de los que tú, como lector que eres, además de autor, sueles disfrutar. Que los autores también somos mitómanos, oiga. O quizá sea el cariño que la organización pone en cada uno de sus detalles para que te sientas como un Gagney cualquiera, «...en la cima del mundo, mamá…». O el ambiente lúdico que prima en todo momento, en todo rincón, sin pausa ni descanso, durante diez días que se te hacen eternamente breves. O quizá lo grato de encontrarte rodeado de una panda de golfos, cierrabarres y sinvergüenzas, algunos de ellos viejos amigos y otros, nuevos amigos por conocer, con los que no cesas de compartir inquietudes y complicidades. Que disfrutan con lo que tú disfrutas, que ríen con lo que tú ríes y que comprenden lo que a muchos otros, con los que compartes tu vida el resto del año, les cuesta tanto comprender...
Lo confieso. No lo sé. No sé de qué se trata. No sé qué es. Tampoco tiene mayor relevancia. No tiene ningún sentido quebrarse la cabeza. Lo único seguro es que me gustaría estar allí, disfrutando de todo lo argumentado. Este año no ha podido ser, pero sé que volverá a ser posible. Es lo que tiene el auparte aunque sólo sea una vez al Tren Negro, ese vehículo del averno que, no me cabe duda, algún día volveré a tomar: que una vez abandonada la estación de la que partiste, estarás irremisiblemente perdido. Para siempre.
Mis mejores deseos, compañeros. Tomaos en la terraza del D. Manuel un whisky a mi salud. Y disfrutad. Disfrutad, malditos.
Lo confieso. No lo sé. No sé de qué se trata. No sé qué es. Tampoco tiene mayor relevancia. No tiene ningún sentido quebrarse la cabeza. Lo único seguro es que me gustaría estar allí, disfrutando de todo lo argumentado. Este año no ha podido ser, pero sé que volverá a ser posible. Es lo que tiene el auparte aunque sólo sea una vez al Tren Negro, ese vehículo del averno que, no me cabe duda, algún día volveré a tomar: que una vez abandonada la estación de la que partiste, estarás irremisiblemente perdido. Para siempre.
Mis mejores deseos, compañeros. Tomaos en la terraza del D. Manuel un whisky a mi salud. Y disfrutad. Disfrutad, malditos.
Etiquetas: Amigos, Libros, Literatura, Semana Negra
4 comentarios:
Que bien te ha quedado la adaptación de la frase de la peli de Sidney Pollack, aunque no te quejes, Pedrito, que tú ya has cogido ese tren negro. Yo espero cogerlo algún año si me publican de una jodida vez, y si no, me infiltraré como vendedor de bocadillos y regalaré mis novelas en fotocopias o esparciré las hojas por los vagones. Sí que es cierto que yo ayer te notaba algo y es que acudías como espectador al acto cuando antes lo has hecho como conferenciante. Noté en tu mirada un pelín de nostalgia, pero no te preocupes, tío, que volverán las oscuras golondrinas. Yo sólo puedo decir que me lo pasé estupendamente. Que Frankie Jurado estuvo genial con eso de "...yo escribo novela negra por rencor". Que Marías estuvo genial declarando a Salem como un género en sí mismo. Que el propio Salem dio en el clavo diciendo que un espectador lo tiene más fácil que un lector. Que me impresionó Cristina cuando dijo lo de que le fascinaba la muerte. Que acerté al intuir que el Poe es un personaje de novela que te pasas, no sólo de relatos. Que José Luis Muñoz debería estar en la RAE. Y que me partí el pecho con la camiseta de la generación Torrezno. Que me agradó conocer en persona a Javier Márquez a quien sólo conocía del feisbuk.
Claro que los que eswcribimos también somos mitómanos. Y a mí, autor inédito y, por tanto, donnadie en esto de las Letras, me parece tan increíble como grato relacionarme con todos vosotros.
Un abrazo. Y el año que viene estamos tú y yo tomándonos una cerveza en ese jodido tren negro lleno de gentes de mal vivir.
Cuento con ello, Paco. Y de donnadie, nada, que todos empezamos de la misma manera.
Abrazos.
No sé que le veis a la Semana Negra porque yo la veo igual de aburrida año tras año. Igual estamos hablando de cosas diferentes, o... quizá existen tantas Semanas Negras como personas.
En todo caso una pena no verte por aquí. Si vienes el año que viene avisa. No me olvido de que te debo unas cervezas. ;)
Un abrazo,
Puede ser, estimado Corsario, que el que la disfruta como espectador no lo ve de la misma manera que el que la disfruta como participante. En cualquier caso, si voy por alí, daré un toque. :-)
Abrazos.
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