Mentiras completas y verdades a medias



miércoles, 10 de marzo de 2010

Reunión de amigos

Emotivo y entrañable. Así puede calificarse el acto de presentación del poemario La vida en un día, un evento que logró reunir a un buen puñado de amigos cuyo nexo en común es el sincero aprecio hacia su autor, ese buen escritor y mejor persona que es Javier Vázquez Losada. El elenco de asistentes fue amplio, en su mayoría elementos habituales de los mentideros culturales de la capital. Me alegró mucho reencontrarme con viejos amigos a los que no veía desde hacía tiempo. Entre muchos otros, por allí circulaban Antonio Gómez Rufo, Paco Balbuena, Rubén Sánchez Trigos, Lorenzo Rodriguez Garrido, Recaredo Veredas, Isabel Camblor, Eugenia Rico...

Oficiaban como presentadores y padrinos Miguel Munárriz, José María Merino y Luis Alberto de Cuenca. Munárriz abrió la presentación dedicando unas halagadoras palabras tanto a los textos como a la calidad humana de Javier. Le siguió en el turno Luis Alberto de Cuenca, que incidió en las características de la poética de Javier y en su tesón como escritor a quien comparó con otro Javier, Javier Puebla, amigo común de muchos de los asistentes que no puedo asistir por motivos profesionales. Cerró la primera parte de la presentación José María Merino que elogió el trabajo de Javier y, en particular, los poemas que componían la antología que se presentaba.

Llegado el turno del autor, Javier, visiblemente emocionado por las muestras de afecto profesadas por los presentes, apenas pudo articular palabra. Fue parco en su exposición, agradeció la asistencia a todos y tras enunciar que era «preferible que hablasen los textos más que el propio autor» dio paso de inmediato a una ronda de lectura de algunos de los poemas que componen el volumen presentado, recital al que habíamos sido invitado algunos de sus amigos. La lectura fue intensa, fluida y dinámica —como lo es la poesía de Javier— Algunos, poco versados en el arte de declamar, hicimos lo que pudimos. Otros, como el caso de Eugenia Rico, Lorenzo Rodriguez o Luis Alberto de Cuenca, suscitaron una intensa emoción con el texto recitado. La ronda —y el propio acto— se cerró con una sentida lectura por parte de Blanca, la mujer de Javier, que leyó el poema que presta título a la compilación.

Terminado el acto, se procedió a la consiguiente firma de ejemplares por parte del autor y al tradicional vino español en la delegación del Principado de Asturias. Tras el cierre de la delegación, algunos irreductibles continuamos charlando y conversando animadamente en el bar de enfrente donde un servidor se enzarzó en una interesantísima conversación sobre cine y literatura con Rubén Sánchez, Recaredo Veredas y un nuevo amigo, Fernando González Ariza, excelente conversador y practicante del bello y curioso arte de la esgrima.

Y eso fue todo. Que ni fue poco ni estuvo nada mal.

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3 comentarios:

Blogger Javier Vázquez ha dicho...

Gracias, Pedro, un resumen fantástico de un día muy especial para mí. Quedo en deuda.

10 de marzo de 2010, 20:19  
Blogger Loren ha dicho...

La verdad es que pasamos una tarde muy agradable. Gracias por tus palabras, Pedro, pero tú fuiste uno de los que leyó el poema muy bien. Yo escogí uno muy corto para no equivocarme.

Un abrazo.

10 de marzo de 2010, 21:25  
Blogger Unknown ha dicho...

Lo has calificado muy bien, Pedro: fue emotivo y entrañable. Y a pesar de estar a rebosar de gente, la sensación de familiaridad estaba ahí. Me alegro mucho de haber podido participar(yo también escogí un poema cortito -aunque intenso-, para no meter la gamba). Un besote.

10 de marzo de 2010, 22:44  

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