Sinvergüenzas
Al igual que al hijoputa, si algo caracteriza al sinvergüenza es su ausencia de fecha de caducidad y la carencia de limitaciones sociales, políticas o geoestratégicas en su desarrollo. Los puedes encontrar en los más diversos ámbitos, estratos y situaciones. Desde el sinvergüenza de andar por casa como suele serlo el treintañero nihilista de escaparate —«Nada es, todo fluye», «El desencanto social» y todas esas mamonadas que te permiten seguir chupando del bote— que aún convive con sus padres porque «la sociedad no está preparada para cubrir las necesidades de su generación, una generación a la que abandonaron en un marasmo presidido por la desidia, la desesperanza y la ausencia de oportunidades» —¡pobrecitos!— hasta el sinvergüenza comme il faut, podríamos decir que casi con pedigrí, capaz de estafarle, sin el menor ápice de remordimientos, la pensión recién cobrada a una anciana. Este último espécimen estaría más cercano a la deplorable categoría de sinvergüenza-hijoputa, sumum del proceso evolutivo en este tipo de clasificaciones.
Hoy la prensa reseña el caso de uno de estos ejemplares. De los de pata negra. Al parecer, un individuo ha llevado a los tribunales a sus hijos de 29 y 31 años a los que reclama una pensión mensual de 600 euros para poder sobreponerse a la calamitosa situación económica por la que pasa. Es decir, el menda le pide pasta a los hijos, estos se niegan y él los lleva a juicio. El peculiar enunciado, que ya chirría un poco por sí mismo, se viene abajo estrepitosamente cuando se descubre que, además, el susodicho abandonó a los demandados siendo niños, a la tierna edad de 7 y 9 años respectivamente, perdiendo desde entonces todo contacto con ellos. Hasta ahora que le han hecho falta. Y, según parece, eso fue lo mejor que puedo pasarle a los chavales pues el pater familias era de los de mano más bien larga.
La Audiencia de Murcia, además de desestimar el caso, ha condenado al demandante a abonar las costas del juicio. Y encima, el jeta solicita la condonación de las costas alegando «razones humanitarias».
Como declamaba recientemente un popular humorista en un sketch televisivo, «Poco tan dao, chaval. Poco tan dao».
Hoy la prensa reseña el caso de uno de estos ejemplares. De los de pata negra. Al parecer, un individuo ha llevado a los tribunales a sus hijos de 29 y 31 años a los que reclama una pensión mensual de 600 euros para poder sobreponerse a la calamitosa situación económica por la que pasa. Es decir, el menda le pide pasta a los hijos, estos se niegan y él los lleva a juicio. El peculiar enunciado, que ya chirría un poco por sí mismo, se viene abajo estrepitosamente cuando se descubre que, además, el susodicho abandonó a los demandados siendo niños, a la tierna edad de 7 y 9 años respectivamente, perdiendo desde entonces todo contacto con ellos. Hasta ahora que le han hecho falta. Y, según parece, eso fue lo mejor que puedo pasarle a los chavales pues el pater familias era de los de mano más bien larga.
La Audiencia de Murcia, además de desestimar el caso, ha condenado al demandante a abonar las costas del juicio. Y encima, el jeta solicita la condonación de las costas alegando «razones humanitarias».
Como declamaba recientemente un popular humorista en un sketch televisivo, «Poco tan dao, chaval. Poco tan dao».
Etiquetas: Caradura, miserables
6 comentarios:
La cosa tiene bemoles, desde luego. Qué jeta.
Besitos.
Mala visión que tuvo el hombre: en lugar de haber interpuesto una demanda debería de haber ido a la tele a contar su caso. Al menos se ve que el abogado que le defendió debía de ser bastante honesto, porque eso de pedir que no le claven las costas a tu cliente si pierde...vamos, que el letrado lo veía negro.
Feliz trauma postvacacional, lobito ;)
Ya te digo, Daffy. Como la supraescrita Samantha ha comentado en más de una ocasión con mucho tino: "Manda cojones que te obliguen a sacarte un carné para conducir, pero que luego dejen ser padre a cualquier irresponsable". O así.
No dé usted ideas, Samantha, que este mundo está lleno de pillos. Respecto al "trauma postvacacional", igualmente, so pécora. :-)
¡Tócate los huevos! que dice un amigo mío como si, ante una situación o planteamiento absurdos y flipantes, no cupiera una respuesta menos absurda y flipante que un frotamiento testicular.
Y yo que creía que aquello de "vive de tus padres hasta que puedas vivir de tus hijos" era sólo una frase ingeniosa y meramente teórica, "un suponer", que dice otro amigo mío.
Salud y saludos, Lobo. Para mi también el año empieza el 1 de septiembre. Así que ¡Feliz entrada y salida de año!. Que te sea productivo y llevadero.
Estimado Trancos: resulta muy agradable tratar de volver a estar en activo y comprobar que los amigos de siempre, los buenos amigos, siguen ahí contigo. Agazapados, ocultos, aletargados... pero siguen ahí :-)
Y sí, lo del listo, sí... manda cojones.
Un abrazo,
Pedro de Paz
Eso se lo dirás a todas, Lobo ;)
¿Aletargado yo? ¿Eso va con "rintintín"? ¡dímelo en la calle! :)
(Donde paso los veranos no hay internet. Sólo bosques, y gargantas de agua limpia y clara, y caminos y amigos y cerveza... pero no hay internet ¡qué se le va a hacer! No hay nada perfecto)
Yo también te aprecio, Lobo.
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