Jornadas "Mejor con un libro". Crónica en tres actos (II)
Al día siguiente, tras ser cancelada por motivos ajenos una entrevista radiofónica, nos dieron el resto de la mañana libre. Me vino bien pues tenía previsto acercarme a visitar a dos queridas amigas de las que, al menos de una de ellas, quedó constancia gráfica. Admiren, admiren el esbelto porte (el de mi amiga, obviously)
El resto del golferío literario se dedicó a pasear por el centro de Málaga cual horda salvaje. Poco a poco, a lo largo de la jornada, irían incorporándose el resto de participantes y asistentes: David G. Panadero, Paula, Lucía —administradora del mencionado foro Abretelibro—, el novelista Patrick Ericson (sueco de Murcia) y su encantadora mujer... A la hora de comer me uní de nuevo al grupo y, tras las cervecitas de rigor en una terraza de la plaza de las Flores, marchamos todos a comer pertrechados por los miembros del comité organizador.
Tras la comida, vuelta al hotel para reposar un poco antes de la esperadísima gala inaugural. Algunos reposamos comme il faut. En efecto: en el bar del hotel. A las 18:30, los asistentes, de punta en blanco y vestidos con sus mejores galas, fueron desfilando uno tras otro en dirección al autobús que nos conduciría hasta el auditorio. Durante el trayecto, los conferenciantes, nerviosos y excitados, repasábamos nuestros discursos para que no se quedara nada de lo imprescindible en el tintero ("estaba yo revisando unos memorandos...", "la juventud está podrida y esto sólo puede conducir a un pandemonio de caos"...). Una vez en el centro cultural Nueva Málaga procedimos a tomar asiento y dar inicio al acto de presentación.
El evento resultó un rotundo éxito. Uno de los más completos e interesantes a los que he tenido ocasión de asistir. Casi dos horas y media de instructiva y amena charla en la que se habló de la asociación Mejor con un libro, de sus propuestas, de sus planes más inmediatos, de los hábitos de lectura, de la situación actual del mundo editorial, de las motivaciones que empujan a los escritores a hacer las tonterías que hacen... La complicidad entre los autores invitados resultó palpable desde un primer momento y el intercambio de puyas, bromas y guiños estuvo a la orden del día («Biedma, como digas que también has escrito una zarzuela, nos hundes»). Para que luego digan de la rivalidad literaria. El público se mostró muy participativo hasta el punto de vernos obligados a poner fin de forma forzada al turno de preguntas y comentarios, algo inaudito en lances de esta índole. Al final del acto se procedió al apadrinamiento de la asociación por parte de todos los escritores allí presentes (unos cuantos como puede comprobarse en la foto adjunta) firmando en el libro de actas de la asociación.
De vuelta al hotel, cena multitudinaria y más risas hasta las dos de la mañana, hora en la que los camareros, en vista de que no teníamos prisa por marcharnos, nos desalojaron del comedor con malas artes —¿Guerra Química? Una mieeeeeeeeeeeeerda comparado con inundar un salón comedor con amoniaco en un aparente intento de «ponerse a limpiar y recoger». El hermano Jero casi la palma entre dolorosos y agudos estertores—. Agotados, rendidos, felices y obligados por las evidentes circunstancias, no nos quedó otra opción que marcharnos a la cama. Aun quedaba otra jornada, la más intensiva de todas, y no era cuestión de presentarse al día siguiente a los distintos actos con unas ojeras como bolsas del Pryca.
El resto del golferío literario se dedicó a pasear por el centro de Málaga cual horda salvaje. Poco a poco, a lo largo de la jornada, irían incorporándose el resto de participantes y asistentes: David G. Panadero, Paula, Lucía —administradora del mencionado foro Abretelibro—, el novelista Patrick Ericson (sueco de Murcia) y su encantadora mujer... A la hora de comer me uní de nuevo al grupo y, tras las cervecitas de rigor en una terraza de la plaza de las Flores, marchamos todos a comer pertrechados por los miembros del comité organizador.
Tras la comida, vuelta al hotel para reposar un poco antes de la esperadísima gala inaugural. Algunos reposamos comme il faut. En efecto: en el bar del hotel. A las 18:30, los asistentes, de punta en blanco y vestidos con sus mejores galas, fueron desfilando uno tras otro en dirección al autobús que nos conduciría hasta el auditorio. Durante el trayecto, los conferenciantes, nerviosos y excitados, repasábamos nuestros discursos para que no se quedara nada de lo imprescindible en el tintero ("estaba yo revisando unos memorandos...", "la juventud está podrida y esto sólo puede conducir a un pandemonio de caos"...). Una vez en el centro cultural Nueva Málaga procedimos a tomar asiento y dar inicio al acto de presentación.
El evento resultó un rotundo éxito. Uno de los más completos e interesantes a los que he tenido ocasión de asistir. Casi dos horas y media de instructiva y amena charla en la que se habló de la asociación Mejor con un libro, de sus propuestas, de sus planes más inmediatos, de los hábitos de lectura, de la situación actual del mundo editorial, de las motivaciones que empujan a los escritores a hacer las tonterías que hacen... La complicidad entre los autores invitados resultó palpable desde un primer momento y el intercambio de puyas, bromas y guiños estuvo a la orden del día («Biedma, como digas que también has escrito una zarzuela, nos hundes»). Para que luego digan de la rivalidad literaria. El público se mostró muy participativo hasta el punto de vernos obligados a poner fin de forma forzada al turno de preguntas y comentarios, algo inaudito en lances de esta índole. Al final del acto se procedió al apadrinamiento de la asociación por parte de todos los escritores allí presentes (unos cuantos como puede comprobarse en la foto adjunta) firmando en el libro de actas de la asociación.
De vuelta al hotel, cena multitudinaria y más risas hasta las dos de la mañana, hora en la que los camareros, en vista de que no teníamos prisa por marcharnos, nos desalojaron del comedor con malas artes —¿Guerra Química? Una mieeeeeeeeeeeeerda comparado con inundar un salón comedor con amoniaco en un aparente intento de «ponerse a limpiar y recoger». El hermano Jero casi la palma entre dolorosos y agudos estertores—. Agotados, rendidos, felices y obligados por las evidentes circunstancias, no nos quedó otra opción que marcharnos a la cama. Aun quedaba otra jornada, la más intensiva de todas, y no era cuestión de presentarse al día siguiente a los distintos actos con unas ojeras como bolsas del Pryca.
Etiquetas: Amigos, Autores, Lectores, Libros, Literatura
5 comentarios:
Buenísima la crónica. Lo de la guerra química me ha llegao a la patata, jajajajja.
¡Pero qué guapa que es la perritaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! Vale, tú no sales nada mal, ¡pero la perrita es tannnnnnnn lindaaaaa!
Besitooooooooo
P.D. Pobre Jero.
P.D.2. Lo de las bolsas del Pryca también me ha llegao.
P.D.3. Ya podrían puesto la cortina del fondo de otro color, que se te confunde :D
yo asisti a mi primer
acto literario en la presentacion
de las jornadas y la verdad
quede gratamente sorprendido
por el buen ambiente que alli
se respiraba entre todos los asistentes( sobre todo por ustedes
los escritores); un placer maestro poder comprobar que es usted tal
y como me imaginaba.
P.D. No pude asistir a la firma de
libros pero mi "Documento Saldaña"
y mi "Muñecas" esperaran mu gratamente su rubrica para el año que viene. Un saludo.
M. VEGA
¡Anda, Pedro!... no seas tímido y explícales que nadie se pierde en Málaga si sigues recto, tuerces a la derecha y luego a la izquierda.
jajajajaja
PD. La próxima vez, sí que me echo encima la AK-47
Joooer! ¡Menuda reunión! Yo pensaba que los escritores erais unos tíos serios, sesudos y aburridos que os pasabais las horas muertas con la nariz sumergida en un libraco. ¡Qué equivocado estaba! ¡Si hasta hace falta "guerra química" para echaros del bar!
Je,Je,Je.
Felicidades por la reunión. Con un ambiente así las horas son más cortas.
Un abrazo.
La perra es de lo que no hay, Ella. Guapa, cariñosa, agradable, cordial... La viva estampa de su dueña.
Gracias, M. VEGA, por asistir. Me alegra mucho que tu primera experiencia en ese sentido haya sido tan grata. Y me alegra tambien haber colmado tus expectativas -fueran éstas cuales fuesen- :-) Cuenta con esa rubrica en la próxima ocasión. Un abrazo.
Calla, Patrick, calla, que casi acabamos en Úbeda. Acojonao me dejaste cuando te bajaste del coche al grito de esto lo arreglo yo en un pispas. Pensé que ibas a prenderle fuego para que vinieran a rescatarnos guiándose por el humo. Con nosotros dentro. :D
Alguno será así, GLR, no te digo que no. Pero los que yo conozco son una panda de golfos y cierrabares como no te puedes hacer idea ¿Por qué me acabaré juntando siempre con lo peor de cada casa? :-D
Abrazos,
Pedro de Paz
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio