Mentiras completas y verdades a medias



sábado, 18 de abril de 2009

Presentación Premio Azorín 2009. La crónica

Madrid, 16 de abril de 2009. Hotel Intercontinental. 14:00. Se celebró la presentación de la novela ganadora del premio Azorín 2009 —de cuyo fallo ya dimos cumplida cuenta en este blog—, El arte de perder de la escritora Lola Beccaría. Amadrinaba el acto la encantadora Ana García Siñeriz a quien me alegró volver a saludar. La velada, agradable. Muy agradable, a qué negarlo. Me tocó compartir mesa y mantel, entre otros, con la dicharachera Carmen Ramírez, de Planeta, con Adolfo García Ortega, con la siempre agradable Ángela Vallvey, con Marta Sanz... A mi derecha, el enorme —en múltiples sentidos— Jorge Díaz y a mi izquierda, Espido Freire, liberada de su sempiterna melena en un sorprendente y muy favorecedor cambio de look. A la izquierda de Espido, Lucía Etxebarría. La comida, buena, y la conversación, jovial y bastante grata. El acto, interesante dentro de la tónica general de este tipo de eventos. Bastante emotivo. A Lola Beccaría se le escaparon un par de lágrimas al hablar de su novela y de las circunstancias que influyeron en su concepción y contó un par de anécdotas bastante graciosas.

Ahora lo que toca es leer el libro que dicen que es bastante bueno.

Ahí van unas fotos del evento


Acabada la presentación, Jorge y yo terminamos enredados hablando de literatura, libros y textos propios y ajenos. ¿Dónde? En efecto, en la barra del bar del hotel. ¿Dónde si no? Estupendo tipo, Jorge —¿Lo había dicho ya?—, y excepcional narrador. Sus números del elefante es una excelente novela que permanecerá vigente durante mucho tiempo, no me cabe la menor duda. Tanto nos enredamos hablando de lo divino y lo humano que nos dieron las siete de la tarde. Jorge tenía esa noche una cita con unos amigos con los que suele quedar a menudo para cenar y echar unas risas y me invitó a acompañarles. Acertada decisión la de aceptar. Tuve la ocasión de conocer al periodista Ramón Ongil, a Marina, a Iraida —espero haberlo escrito bien—, a Manu... También estaba por allí Ana D'Atri, mi editora, y tuve la siempre grata oportunidad de saludar a mi estimado Antonio Gómez Rufo al que hacía tiempo que no veía. Toda una maravillosa pandilla del golfos y cierrabares. Me lo pasé de miedo y me reí lo indecible. Tanto que seguramente repita en alguna de esas cenas ocasionales.

Al fin y al cabo, para algo tenía que servir la literatura, ¿no?.

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2 comentarios:

Anonymous g.l.r. ha dicho...

¡Qué bien lo pasáis, jodíos!

Un abrazo.

19 de abril de 2009, 3:16  
Blogger Pedro de Paz ha dicho...

Ya te digo... :-DDDDDD

20 de abril de 2009, 16:00  

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