Mentiras completas y verdades a medias



miércoles, 21 de enero de 2009

Obamamania

Joder, acabamos de empezar y estoy ya de Obama que me lo toco. No hay web, blog o periódico al que acuda y en el que no se hable de lo mismo.

Pues, por mí, que no quede. ¡Hala!, aquí está mi aporte.

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7 comentarios:

Anonymous Anónimo ha dicho...

Anda ya, hombre, Obama ni Obamo... No sé quién se puede interesar por esas cosas habiendo crisis... Porque sí, tío, en el Real Madrid hay crisis. Ya hasta lo sacan en La Noria, con Kiko Matamoros y todo.
En fin, que entre el Mesías Negro y lo del Madrid, la actualidad está que arde. Como para preocuparse uno de no llegar a fin de mes.

Un abrazo, Pedro.

22 de enero de 2009, 3:37  
Blogger Rubén ha dicho...

Estimado Pablo:

Es algo que nos interesa a todos. Cuando Estados Unidos tose, el resto del mundo se constipa. Que haya un presidente u otro en Washington, por desgracia, es algo que nos afecta a todos por las repercusiones políticas y económicas que ello conlleva.

Un saludo,

22 de enero de 2009, 8:51  
Blogger Pedro de Paz ha dicho...

Alienados, Pablo. Nos tienen alienados.

Estimado y apreciado Rubén: el que nos influyan más o menos los avatares políticos estadounidenses no es óbice para que uno no acabe hasta la misma punta del nardo de que te metan por los ojos el susodicho evento informativo, se dirija uno al medio que se dirija. Sobre todo porque, a falta de noticia más trascendental que la propia toma de posesión -a día de hoy, ni para bien ni para mal, Obama no ha hecho otra cosa más que tomar posesión y el resto de elucubraciones sobre su futura actuación no dejan de ser pajas mentales-, todos los medios transmiten la misma y única información y ver cuarenta veces la misma cosa, agota. El acto de informar es una cosa, la sobresaturación es otra. "Cansino" se le llama a eso en mi pueblo. A diario nos influyen más las circunstancias del tráfico viario -yo debo hacer 130 kilometros todos los días para ir y volver de trabajar- y no por ello estamos menos hartos de los estúpidos y reiterativos consejos de Pere Navarro y sus muchachos.

Abrazos a tutti,
Pedro de Paz

22 de enero de 2009, 9:19  
Anonymous Anónimo ha dicho...

Me acuerdo yo del peo que me cogí en el fiestorro que montamos la primera vez que ganaron las elecciones los socialistas de Felipe y Guerra. ¡qué manera más tonta, y digna de mejor causa, de poner en riesgo mi hígado. Todo aquello para esto que tan bien cuentas en "la evolución de los especímenes". Vuelvo a evocar el lema de Groucho Marx que un día hice mío: "surgiendo de la nada, hemos alcanzado las más altas cotas de miseria". Bien se podían aplicar el cuento los americanos. Lástima que los Yanquis no suelan leer nada que no se haya editado en USA. Y lástima que, cuando ellos se constipan nos toca a todos estornudar. Si no fuera por eso, yo diría que "con su pan se lo coman"
Salud y saludos

22 de enero de 2009, 11:44  
Blogger D.Patty ha dicho...

Hijo mío, qué me vas a contar... Estoy jartita yo también...

Por cierto, no tiene nada que ver, pero al ver la portada del círculo de lectores de tu libro, me decanto por la portada original. He dicho.
Beso.

23 de enero de 2009, 4:19  
Blogger Rubén ha dicho...

CRÍTICA DE TV
Teleobama
23.01.09 -
JOSÉ JAVIER ESPARZA

Seis millones y medio de españoles se pusieron ante la televisión la otra tarde para seguir la toma de posesión de Obama. Nunca antes había pasado nada igual. El dato, desde luego, avala la apuesta de quienes retransmitieron en directo la ceremonia: TVE y Cuatro, con mayor beneficio para la primera de ellas, como era previsible. Pero, sobre todo, semejante cifra le suscita a uno preguntas inquietantes. ¿Por qué? ¿Qué llevó a tanta gente a seguir un evento que, después de todo, nos queda bastante retiradillo?
No hay seis millones y medio de españoles interesados por la política mundial. Los periodistas sabemos que la información internacional, aquí, deja al personal más bien frío. De hecho, en España nunca han funcionado los suplementos de esa temática, menos aún las revistas específicas ni los programas dedicados a la política exterior. Pero es que ni siquiera hay tantos españoles interesados por la política nacional.
Entonces, parece claro que estamos ante un fenómeno que no tiene nada que ver con lo político y que, más bien, tiene una etiología estrictamente televisiva, espectacular. La otra tarde había seis millones y medio de españoles viendo lo de Obama porque todas nuestras televisiones, radios y prensas llevan meses hablando de ese señor. Me gustaría saber cuántos de esos espectadores sabían qué estaba diciendo Obama, incluso si siguieron sus palabras. Creo que la respuesta es negativa en ambos casos. Esto no es un juicio desdeñoso hacia el público. En realidad, la médula del acontecimiento no estaba en el mensaje, sino en el acontecimiento mismo.

FUENTE

23 de enero de 2009, 9:25  
Blogger Pedro de Paz ha dicho...

Ella, al parecer hay empate de opiniones sobre ese asunto. Ambas parecen ser igual de buenas -o malas- a ojos de la gente.

Preclaro artículo, Rubén. Más allá del propio interés del asunto, Obama se ha convertido en una moda. Y adolece de lo que tienen las modas: que son cansinas hasta la saciedad.

Abrazos,
Pedro de Paz

24 de enero de 2009, 13:45  

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