Mentiras completas y verdades a medias



lunes, 15 de diciembre de 2008

Bettie Page. In Memoriam

Semblante travieso, rostro juvenil de exóticos rasgos, boca sensual y cuerpo voluptuoso, con las redondeces justas en los lugares adecuados. Me observa desde el fondo de mi escritorio con ojos pícaros y un impostado mohín, a medias sorprendido, a medias descarado, apoyada sobre una atracción de feria. Su mirada me desarma. No sólo su mirada. Su nombre era Bettie Page, la reina de las pin-ups. Esta legendaria diosa, ícono de varias generaciones, alcanzó su época de mayor esplendor durante los años 50 cuando a muchos de sus admiradores aún nos quedaban unos cuantos años para dejarnos caer por este mundo y extasiarnos con sus encantos. En sus inicios, Bettie trató de hacer sus pinitos en el mundo del cine sin demasiada fortuna, pero el éxito acabaría llegándole como modelo erótica donde destacó por su peculiar peinado, su provocadora desinhibición, su exultante sensualidad, sus rotundos atributos y, sobre todo, por sus poses dotadas de una perversa ingenuidad, de una turbadora y estudiada inocencia que trascendía más allá del objetivo de la cámara. Pionera en el arte de posados bondage y sadomaso, ídolo del fetichismo para todos los que enloquecemos ante la gloriosa estampa de unas medias con costura y unos zapatos de tacón bien llevados y fuente de admiración para hombres y mujeres, su efigie y su estética —imitada posteriormente hasta la saciedad— se ganó el fervor de una legión de alborozados devotos que veían en ella la imagen de un inalcanzable sueño transmutado en emulsión fotográfica. Un entusiasmo que ha perdurado en el tiempo más allá de sus años de plenitud. Y todas esas son razones suficientes para que, en el día en que Bettie decidió partir para ocupar el lugar del Olimpo que le corresponde, muchos de sus rendidos seguidores hayamos querido brindarle un cálido y sencillo homenaje. Todos esos son motivos suficientes para que su recuerdo permanezca entre nosotros por mucho tiempo.

Hasta siempre, Bettie.



Etiquetas:

5 comentarios:

Blogger Samantha Keyela ha dicho...

Gracias Lobo. Con Bettie aún nos queda el sueño de la fruta fresca frente a la goma edulcorada; de las propinas galantes frente al paypal de anónimos menguados; del escote salado de limpio sudor frente al páramo vanamente perfumado...Puede parecer raro al principio, pero mujeres como ella son más útiles para la autoestima femenina que todo un Ministerio de la Igualdad.

16 de diciembre de 2008, 15:43  
Blogger Hutch ha dicho...

Impagable el vídeo. Su memoria me trae al recuerdo la novela de Juan Manuel de Prada basada en su vida.
Saludos

16 de diciembre de 2008, 16:39  
Blogger Pedro de Paz ha dicho...

Por supuesto, Samantha. Habrá mucha tonta'lhaba que no lo quiera ver, pero confundir feminidad con feminismo es como confundir masculinidad con machismo: una soberana gilipollez.

No la he leído, Ángelus. De Prada se me atraganta un poco. Pero si usted me la recomienda, haré un esfuerzo.

Un abrazo,
Pedro de Paz

17 de diciembre de 2008, 22:58  
Blogger D.Patty ha dicho...

Maravilloso vídeo (imágenes, música). Me encantan sus curvas ¡y que meta tripa! Ya podrían tomar nota las topmodels. Ésta sí que era una mujer de toma pan y moja.
Estoy por cortarme el flequillo, con eso te lo digo tó.
Beso.

21 de diciembre de 2008, 14:08  
Blogger Pedro de Paz ha dicho...

Pues ya me dice usted bastante, querida Ella. :-D

Un abrazo,
Pedro de Paz

21 de diciembre de 2008, 18:30  

Publicar un comentario

Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]

<< Inicio